jueves, 8 de noviembre de 2012

Dar de lo esencial

"En aquel tiempo, entre lo que enseñaba Jesús a la gente, dijo: «¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplio ropaje y que les hagan reverencias en la plaza, buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y devoran los bienes de las viudas, con pretexto de largos rezos. Éstos recibirán una sentencia más rigurosa.» Estando Jesús sentado enfrente del arca de las ofrendas, observaba a la gente que iba echando dinero: muchos ricos echaban en cantidad; se acercó una viuda pobre y echó dos reales. Llamando a sus discípulos, les dijo: «Os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad, ha echado todo lo que tenía para vivir.»" (Mc  12, 38-4)
Por Redacción AJ. El evangelio de este domingo 11 de Noviembre concluye los temas que hemos ido viendo los domingos anteriores: de disputa y diálogo, de controversia y denuncia, y lo termina con una escena significativa de advertencia y de enseñanza orientadora.
Advertencia dirigida a los escribas y la enseñanza buena tiene como protagonista una viuda pobre.
Entre los escribas hipócritas, ansiosos de poder y de honores y la viuda pobre que da todo lo que tiene, Jesús sitúa a sus discípulos. Y nos sitúa hoy a nosotros.
¡Contemplemos la escena! ¡Veamos lo que sucede! ¡Escuchemos lo que dice!
Jesús previene al pueblo contra los escribas (¡cuidado!) poniendo en evidencia su conducta: obtestación en el vestir, amantes de reverencias y de los primeros puestos, abusos en nombre de la religión, etc.  
Después de haber denunciado la explotación del pueblo por partes de los dirigentes religiosos, termina presentando, en contraste con estos, a la viuda necesitada, imagen del Israel humilde y fiel a Dios.
Jesús está sentado frente al arca de las ofrendas observando lo que pasa;  ve cómo distintas gentes van depositando la ofrenda para el templo y muchos ricos “echaban en cantidad…” y ve cómo una viuda, una mujer pobre, indefensa y sin relieve social aporta algo insignificante (dos reales).
Jesús entonces llama a los discípulos, a los de entonces y a los de ahora y les enseña a interpretar los hechos: compara el comportamiento de los ricos y el de la viuda pobre: “os aseguro que esa pobre viuda ha echado en el arca de las ofrendas más que nadie. Porque los demás han echado de lo que les sobra, pero ésta, que pasa necesidad ha echado lo que tenía para vivir”. Dar de lo superfluo significa no dar lo esencial, que es la persona. La viuda se da a sí misma, hace de Dios el valor supremo, y hace depender su vida de Él.
En ella y no en el esplendor está la verdadera gloria de Israel, la verdadera humanidad. 
Bibliografia
J.Mateos y F. Camacho. Marcos texto y comentario. Ed. Almendro.1994
X. Pikaza. Para vivir el evangelio. Lectura de Marcos. Edv.199

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