domingo, 28 de febrero de 2010

La transfiguración

"En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. De repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: - «Maestro, qué bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» No sabía lo que decía. Todavía estaba hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde la nube decía: - «Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle.» Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que hablan visto. "
(Lc 9, 28b-36)

Por Redacción AJ. Esta escena –que se conoce con el nombre de "la transfiguración de Jesús"- nos invita a reflexionar en este camino de cuaresma que vivimos los cristianos. La escena nos habla de muerte y de gloria, de muerte y de resurrección.
Se trata de un relato que, de alguna manera, nos anticipa el final del camino que recorremos en la cuaresma: mientras Jesús aparece conversando de su muerte, la que iba a ocurrir en Jerusalén, los discípulos que le acompañan tienen una profunda experiencia: atisban de alguna manera la identidad profunda de Jesús como el Hijo de Dios y lo ven lleno de gloria, su rostro está cambiado, sus vestidos brillan, como un anticipo de lo que será su resurrección.
Están en la escena Moisés y Elías, dos nombres que sugieren personas importantes del Antiguo Testamento, el uno vinculado a la Ley y el otro a los profetas. Sin embargo, sólo Jesús es el que está “transfigurado”. Sólo en Él va a acontecer algo nuevo.

Pedro no capta aún del todo la novedad de Jesús: por un lado quiere quedarse allí (“haremos tres chozas”), y por otro, aunque Moisés y Elías se alejan, Pedro todavía los sitúa al mismo nivel. Sólo más tarde, después de la pasión, en el encuentro con el Resucitado, comprenderá a fondo la novedad que se cumple en Jesús, cuando “verá” del todo algo que, ya en este momento, la voz de Dios anuncia: «Éste es mi Hijo, el escogido. Escuchadle”.
Y entonces no sólo comprenderá, sino que esa experiencia, lejos de invitarle a “quedarse en una choza”, le lanzará a anunciar a Jesús por los caminos de la vida, con audacia y con alegría…hasta dar la vida por Él.

Nosotros recorremos este camino de cuaresma y ya nos sabemos el final: sabemos que el Crucificado es el Resucitado… y este texto nos recuerda que, como a los discípulos, Dios nos invita a escuchar a su Hijo y a descubrirle en los caminos de la vida, nos recuerda que la mística de los cristianos es una mística de ojos abiertos, de oídos atentos, para descubrir las paradojas de Dios: que allí donde se da la vida, justamente allí la vida se gana porque sólo el amor es capaz de “transfigurar” la muerte en vida.

lunes, 22 de febrero de 2010

El factor humano

Por Oscar Mateos. Se han cumplido 20 años de la excarcelación de Nelson Mandela. Nunca nada será suficiente para realzar la trascendencia de este personaje, sin duda, uno de los más significativos de las últimas décadas. Mandela puso fin al inhumano régimen del apartheid apostando por la reconciliación y la unidad nacional, tras 27 años de cárcel y a pesar de las torturas y humillaciones que sufrió el pueblo negro sudafricano. Ni siquiera sus más allegados pudieron entender su idea de pasar página, uniendo a víctimas y victimarios en una nueva etapa para el pueblo sudafricano.

El hecho es casi incomprensible si uno se acerca mínimamente a la historia sudafricana. ¿Cómo perdonar a aquellos que infringieron tal dolor y humillación a tanta gente durante tanto tiempo? La Comisión para la Verdad y la Reconciliación, que concedió la amnistía a los perpetradores a cambio de su perdón público, hizo una parte, y Mandela hizo la otra.

Recientemente, el libro de John Carlin, “El factor humano”, como ya habían hecho otras biografías sobre el líder sudafricano, y su versión cinematográfica dirigida por Clint Eastwood, “Invictus”, nos recuerdan precisamente la trascendencia del personaje, su visión de futuro y su obsesión por convertir el rugby en elemento de cohesión nacional. El libro, mucho mejor que la película, revelan que Mandela fue mucho más que el líder de la unión y la reconciliación sudafricanas: fue uno de los últimos grandes líderes que con cuentagotas la historia universal nos ha regalado.

Sudáfrica no sería hoy lo que es sin la existencia de Mandela, o del propio arzopisbo Desmond Tutu (a ambos les fue concedido el Premio Nobel de la Paz en 1993). El país ha logrado poco a poco romper con el apartheid político (que no con las enormes diferencias sociales y los índices de miseria) que sufrió en el pasado, evitando una guerra civil que muchos veían como algo inevitable. Como señala John Carlin, la de Mandela fue la revolución del factor humano: una capacidad con pocos precedentes para perdonar, dialogar e incluso conquistar a sus propios enemigos. Hoy conmemoramos la excarcelación de Mandela y la existencia de su factor humano.

domingo, 21 de febrero de 2010

Exposición "Concurso de Ideas: Parroquia de San Pedro Poveda (Jaén)"

Toni Castro nos ha hecho llegar la siguiente información: El 18 de febrero se inauguró una exposición denominada "Concurso de ideas para la Parroquia de San Pedro Poveda en Jaén. A continuación puedes leer el artículo que ha sido publicado en el diario "Noticias cada dia" de Jaén. En la página web de la parroquia podrás encontrar fotos, vídeos y explicaciones sobre la exposición.

La Parroquia de San Pedro Poveda de Jaén fue creada el 4 de mayo de 2007 por el actual Obispo de Jaén D. Ramón del Hoyo López para atender el Barrio del Bulevar. Sus límites abarcan desde la Calle Eduardo García Triviño hasta el Polígono de los Olivares y desde la Carretera de Madrid al Paseo de España.


En diciembre de 2007 el Sr. Obispo encargó al sacerdote Julio Segurado Cobos llevar a cabo “las gestiones conducentes a unos primeros planteamientos sobre la construcción de un nuevo Templo parroquial y, sobre todo… los pasos convenientes a la Creación de la Comunidad parroquial, así como otros pormenores que se estimen necesarios”. La Parroquia de San Pedro Poveda comenzó su andadura en la Capilla de María Auxiliadora el 3 de septiembre de 2008.


A mediados de junio de 2009, fruto de la Asamblea Parroquial de fin de curso, se creó la Comisión Parroquial pro-Templo, formada por unos quince feligreses de la Parroquia, con el objetivo de ayudar al Párroco en las decisiones relativas al estilo, dirección y diseño del Complejo Parroquial de San Pedro Poveda.

En su reunión del 19 de octubre de 2009, la Comisión Parroquial pro-Templo acordó realizar un Concurso de Ideas para seleccionar la más adecuada para la ejecución del Templo y Centro Parroquial San Pedro Poveda de Jaén y para elegir al equipo técnico para la redacción del Proyecto de Ejecución y Dirección de Obra. Con esta iniciativa, la Parroquia más joven de la ciudad y de la diócesis de Jaén se ha abierto al mundo de la cultura, solicitando ideas para la construcción de un Centro Parroquial en el que poder acoger a los cientos de niños que se acercan a recibir catequesis, y para la edificación de un Templo Parroquial en el que atender las necesidades espirituales y pastorales de miles de familias del Bulevar.


Más de 70 arquitectos y aparejadores (agrupados en 25 equipos) han participado en el Concurso de ideas de la Parroquia de San Pedro Poveda. Como podrán comprobar los visitantes de la Exposición, el nivel y la calidad de los trabajos presentados a concurso han sido realmente elevados. Con esta Exposición, gracias a la Obra Social de Caja de Jaén, queremos agradecer a todos estos profesionales el ingenio, la creatividad y el tiempo empleados para bien de nuestra Parroquia y de la Iglesia.

Sala de Exposiciones de Caja de Jaén: Ubicada en el edificio de RENFE (Plaza Jaén por la Paz, 2)
Horario de la Exposición: Desde el jueves 18 de febrero al viernes 26 de febrero de 2010. De 6 a 9 de la tarde, todos los días, excepto el domingo
Inauguración: Jueves 18 de febrero de 2010, a las 8 de la tarde
Más información: Julio Segurado Cobos (Párroco): Telf. 661 454 214
Web: www.pedropoveda.es

viernes, 19 de febrero de 2010

Tentaciones vs Amor

En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo. Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: - «Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan.» Jesús le contestó: - «Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre".» Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo: - «Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo. » Jesús le contestó: - «Está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto".» Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: - «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: "Encargará a los ángeles que cuiden de ti", y también: "Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras".» Jesús le contestó: - «Está mandado: "No tentarás al Señor, tu Dios".» Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión. (Lc 4, 1-13)
Por Redacción AJ. El pasado miércoles (de ceniza) comenzó la Cuaresma. Un tiempo que a veces miramos con recelo porque nos suena a restricción, tristeza, machaque... Nos perdemos en palabras como ayuno, abstinencia, sacrificio en lugar de descubrir este tiempo como oportunidad de renovación... Cuando acabamos las Navidades, tiempo de dulces, comidas, cenas y excesos, con frecuencia sale de nosotros mismos la necesidad de comer más ensalada o fruta o retomar el gimnasio... No solo por perder lo que hemos incorporado de más, sin ser necesario, también por sentirnos mejor, por desintoxicarnos...

Esta es la oportunidad que se nos abre con la Cuaresma: tomar conciencia de todo lo que nos hemos tragado que era innecesario, de las prisas, las ambiciones, las rivalidades, las ansias de poder, de acumular, de salirnos con la nuestra... No podemos pretender que eso no va con nosotros, somos humanos, y en el fondo de nuestro ser sabemos que esa dinámica no nos hace bien, que necesitamos retomar nuestra vida y hacer algunos cambios que nos ayudarán a sentirnos mejor. ¿De qué necesitarías desprenderte, liberarte, alimentarte?

Pedro Poveda hizo una selección de textos de Santa Teresa y los llamó "Avisos espirituales de Santa Teresa". Podemos encontrar estas palabras de la Santa:
"Los que de veras aman a Dios, todo lo bueno aman, todo lo bueno quieren, todo lo bueno favorecen, todo lo bueno loan, con los buenos se juntan siempre, y los favorecen y defienden; no aman sino verdades, y cosas que sean dignas de amar.
¿Pensáis que es posible los que muy de veras aman a Dios, amar vanidades, ni riquezas, ni cosas del mundo, ni deleites ni honras? Ni tienen contiendas, ni andan con envidias, todo porque no pretenden otra cosa sino contentar al Amado. Andan muriendo, porque los ame, y ansí ponen la vida en entender cómo le agradarán más, que el amor de Dios, si de veras es amor, es imposible estar muy encubierto. Si no mirad un S. Pablo, una Magdalena; en tres días el uno comenzó a entenderse que estaba enfermo de amor, éste fue S. Pablo; la Magdalena, desde el primer día; ¡y cuán bien entendido!... Es fuego grande, no puede sino dar gran resplandor; y, si esto no hay, anden con gran recelo, crean que tienen bien que temer, procuren entender qué es, y hagan oraciones, anden con humildad, y supliquen al Señor no los traiga en tentación; que cierto, a no haber esta señal, yo temo que andemos en ella."
No podemos ser tan ilusos como para pensar que estamos por encima de las tentaciones. Como dice Santa Teresa, la falta de la sensación de estar siendo tentado/a puede ser indicador de que estamos anclados en ella (la tentación).

Podríamos caer en actos de voluntarismo para hacer frente a las tentaciones que hay en el ambiente de esta sociedad que divide, separa, fragmenta, prima lo inmediato y el individualismo. Pedro Poveda escribía en 1909: "Si en vez de hacer esfuerzos para desechar las tentaciones hicieras en cada una de ellas un acto de amor de Dios, te serviría la sugestión del enemigo como acicate [estímulo] para hacer actos de amor de Dios".

¿Cuáles son las tentaciones de las que nos habla el texto? Esperamos que este texto escrito por J. A. Pagola para Eclesia pueda ayudarte en este tiempo:

"Antes que nada, sus tentaciones nos ayudan a identificar con más lucidez y responsabilidad las que puede experimentar hoy su Iglesia y quienes la formamos. ¿Cómo seremos una Iglesia fiel a Jesús si no somos conscientes de las tentaciones más peligrosas que nos pueden desviar hoy de su proyecto y estilo de vida?

En la primera tentación, Jesús renuncia a utilizar a Dios para «convertir» las piedras en panes y saciar así su hambre. No seguirá ese camino. No vivirá buscando su propio interés. No utilizará al Padre de manera egoísta.

Ésta es probablemente la tentación más grave de los cristianos de los países ricos: utilizar la religión para completar nuestro bienestar material, tranquilizar nuestras conciencias y vaciar nuestro cristianismo de compasión, viviendo sordos a la voz de Dios que nos sigue gritando ¿dónde están vuestros hermanos?

En la segunda tentación, Jesús renuncia a obtener «poder y gloria» a condición de someterse como todos los poderosos a los abusos, mentiras e injusticias en que se apoya el poder inspirado por el «diablo». El reino de Dios no se impone, se ofrece con amor. Sólo adorará al Dios de los pobres, débiles e indefensos.

En estos tiempos de pérdida de poder social es tentador para la Iglesia tratar de recuperar el «poder y la gloria» de otros tiempos pretendiendo incluso un poder absoluto sobre la sociedad. Estamos perdiendo una oportunidad histórica para entrar por un camino nuevo de servicio humilde y de acompañamiento fraterno al hombre y a la mujer de hoy, tan necesitados de amor y de esperanza.

En la tercera tentación, Jesús renuncia a cumplir su misión recurriendo al éxito fácil y la ostentación. No será un mesías triunfalista. Nunca pondrá a Dios al servicio de su vanagloria. Estará entre los suyos como el que sirve.

Siempre será tentador para algunos utilizar el espacio religioso para buscar reputación, renombre y prestigio. Pocas cosas son más ridículas en el seguimiento a Jesús que la ostentación y la búsqueda de honores. Hacen daño a la Iglesia y la vacían de verdad."

lunes, 15 de febrero de 2010

De salvadores del mundo…

…a personas comprometidas y conscientes de la realidad. Por Silvia Ferrandis.

Esta mañana dando un taller sobre el derecho a una educación inclusiva, como parte de mi trabajo en InteRed, estaba comentando con el grupo de 2º de ESO con el que estaba sobre la situación actual en Haití, y rápidamente me interrumpe uno de los chicos, y me pregunta algo así: “¿Entonces yo me puedo ir a Haití?”

Es una pregunta a la que estoy acostumbrada, llámese Haití, llámese “x” país del “tercer mundo” (que no sé muy bien donde queda, será que no existe, ¡claro!), ya sea un crío, joven o adulto. Sin embargo, aunque la entiendo, no dejo de sentir un poco de rabia cada vez la escucho (y no solo por lo de "Tercer Mundo", que también).

Me da rabia esa vena de salvadores del mundo que nos nace rápidamente, que muchas veces sigue a la pena, a la compasión. Y es que no es por compasión, sino por justicia, por Derecho. Pero sobre todo es ese héroe o heroína que se apropia de nosotros y nos hace creernos imprescindibles y todopoderosos frente a esos pobrecitos, que no tienen, no valen, no saben, no sienten nada, “que qué pena, pero ya voy yo” o “me lo quedaba…”, (en su versión moderna “lo apadrino”).

Es esa mentalidad paternalista del eurocentrismo que encubrió América, la expolió, y casi extinguió; del llevemos nuestro “desarrollo” al último rincón “subdesarrollado”. ¿Pero subdesarrollado según qué o quién? En fin, no me detendré en esto, que es otro debate extensísimo, otro día…

Dicho todo lo anterior, no quiero decir con ello que no sea un regalo y una oportunidad magnífica conocer de primera mano, aprender, empaparnos del Sur, de las realidades empobrecidas que nos quedan mucho más cerca de lo que creemos, para que allí donde nos encontremos nuestro compromiso con otro mundo posible sea firme, especialmente en sociedades como la nuestra donde tanto hace falta, y nos resulta tan difícil. Porque se trata de empezar haciendo, escuchando a nuestro alrededor, abriendo los ojos, deteniéndonos, poniendo el corazón en nuestras manos, en nuestra boca, en nuestros pies… Y en nuestra agenda…

Después de desahogarme un poco (con mucho cariño, eso sí), os comento a continuación el razonamiento actual de la cooperación española, dirigido a la sociedad, en torno a los ofrecimientos para la crisis haitiana, que es extrapolable en mayor medida si cabe a otros momentos, pre o post-crisis.

"Hay que decir que las ONG y la Administración española están recibiendo propuestas de particulares y empresas ofreciendo bienes en especie (comida, mantas... etc) y servicios para viajar como voluntarios que no siempre pueden aceptarse. Las razones por las cuales las ONG y la administración rechazan estas donaciones y ofertas de voluntariado y en su lugar solicitan fondos ante una crisis humanitaria son, entre otras, que:
  • Los bienes donados en especie en España pueden no ser adecuados a las necesidades de la población y a la situación humanitaria y logística en el terreno, que puede variar rápidamente en situaciones de crisis y debe ser evaluada constantemente por los equipos de respuesta humanitaria en el terreno.
  • Los bienes donados individualmente pueden suponer costes y dificultades administrativas logísticas adicionales - necesidad de embalaje, tramites aduaneros suplementarios, fecha caducidad en alimentos y medicamentos, etc. - para las ONG y administraciones públicas que los gestionan, resultando más práctico y efectivo el uso de kits de respuesta humanitarios estandarizados, en caso de que los productos necesitados no estén disponibles localmente o en países vecinos.
  • En una situación de desastre, todas las personas y las comunidades poseen aptitudes a pesar de su vulnerabilidad. Las ONG y la administración intentarán fortalecer esos medios y aptitudes empleando a personal local, comprando materiales sobre el terreno que activen la economía y empleo locales y negociando con empresas nacionales.
  • El personal internacional que es enviado por ONG y agencias humanitarias a una respuesta ante un desastre natural o conflicto armado sigue un proceso de selección riguroso, basado en la experiencia y formación. No sólo se requiere conocimiento técnico sino, entre otros, también del ámbito de la cooperación y del contexto específico.
Los puntos indicados arriba son particularmente relevantes para la repuesta humanitaria internacional ante el terremoto de Haití, donde el Gobierno haitiano, los equipos de ONG y agencias humanitarias de diferentes Estados y Naciones Unidas, están confrontados a enormes dificultades logísticas y administrativas, dada la magnitud de la catástrofe y la destrucción a la que se enfrenta el pueblo haitiano.

Reiteramos nuestro agradecimiento y animamos a la sociedad española a informarse de las formas en las que pueden participar y colaborar con las ONGD en éste y otros momentos." (CONGDE, Coordinadora de ONGD - España)

viernes, 12 de febrero de 2010

Dichosos vosotros...

“Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: Dichosos los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos vosotros cuando os odien los hombres y os excluyan, y os insulten y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo porque vuestra recompensa será grande en el cielo…".

Por Redacción AJ. Todos queremos ser felices, y ese deseo “vende”: la felicidad es algo que se nos promete de mil maneras. Sólo basta encender un ratito la tele para asistir a una cascada de anuncios-promesas de felicidad: que si tal coche, que si tal crema, que si tal banco, que si usar tal o cual perfume… Es frecuente asociar la felicidad al éxito, a la satisfacción de nuestras (múltiples) necesidades, a la buena imagen, al poder, al bienestar, al dinero. Para ser felices –nos dicen, y, a veces nos decimos- es necesario triunfar, estar del lado de los que ganan, de los que cuentan, de los que se hacen oír…

Menudo contraste cuando leemos este evangelio, en el que Jesús también habla de ser felices de un modo que, de entrada, descoloca por lo original, por el contraste, y también por la hondura. Jesús habla de la vida desde otro lugar, desde otras claves.

Las Bienaventuranzas son como un resumen del programa de Jesús. En ellas, se anuncia la felicidad que Dios trae. Sorprendentemente, Jesús no se dirige a los buenos (esto hubiera sido lo lógico) ni a los que más son o tienen (esto hubiera sido esperable). Se dirige, en primer lugar, a los pobres, a los hambrientos, a los que lloran, a los que son perseguidos… En tiempos de Jesús, todos ellos no eran una entelequia: tenían rostros concretos, eran hombres y mujeres reales (y en la nuestra también).

A ellos justamente Jesús les anuncia felicidad: Dios quiere reinar entre ellos, y el Reino trae cambios: no habrá hambre, habrá risas, habrá vida plena. ¿Y por qué a ellos? Como tantas otras veces, Jesús presenta a un Dios que “descoloca”: lo que cuenta para Dios no son los méritos (lo buenos que somos), ni el puesto que ocupamos (lo importantes que somos). Lo que cuenta entra en otra lógica: la lógica del amor entrañable que quiere la bienaventuranza para quienes más la necesitan… justamente por eso, porque son los que más la necesitan.

A los que no cuentan, a los que no son famosos ni son ricos, a los que sufren la injusticia, a los que son mal vistos y sufren marginación… a todos ellos Jesús les anuncia que Dios está de su parte. No puede ser de otra manera: el Dios de Jesús es un Dios que es Padre, que es Amor… y el amor nunca es imparcial.

El texto de este domingo, además, tiene una segunda parte que nos suele costar trabajo “encajar”: los “ayes” de Jesús (¡Ay de vosotros los ricos!, ¡Ay de vosotros los que estáis saciados!...). No es que Jesús amenace en plan revanchista, no, esas “malaventuranzas” son una consecuencia de lo anterior, una advertencia lógica: a los ricos, a los que viven en su burbuja de satisfacción no les alcanza la felicidad. Y no porque el Reino no se ofrezca a todos, sino porque, una vez ofrecido incondicionalmente, hay que "abrirse" a él, hay que arriesgarse a "soltar"...

Y este Reino de Dios que Jesús anuncia no es “para la otra vida". Basta leer el Evangelio para ver cómo Jesús lo va haciendo presente. Por eso decimos que el Reino está “ya-pero-todavía-no” entre nosotros. Todavía no del todo porque el Reino al que apuntan las Bienaventuranzas alcanzará su plenitud al final, esa es la esperanza cristiana. Pero está ya presente. Lo vamos construyendo ahí donde los cristianos nos apuntamos a este programa de Jesús: cuando nuestras opciones, nuestros gestos y nuestra palabra contribuyen a desenmascarar las felicidades que son falsas porque no son para todos, ahí donde nos apuntamos a señalar que Dios no es imparcial ante la injusticia y la exclusión, ahí donde nos atrevemos a ensayar “otro modo” de ser felices…

lunes, 8 de febrero de 2010

La cremallera de la dignidad

Por Elia Fleta. Eran justamente las tres de la tarde, el momento de más sol y calor en Yaoundé ya que estamos en plena estación seca, mientras esperaba en la camioneta a que llegara Pascal (monitor de la Biblioteca Ambulante Lucioles) para irnos a la residencia de niños de la calle. Se me acercó un hombre camerunés que vendía distintos productos de aseo japoneses y chinos. Los llevaba en un maletín bastante usado y desteñido de tela con la cremallera tan raída y rota que por el agujero que tenía al lado de ésta podría perfectamente sacar los productos que vendía.

Sin embargo, el hombre con una gran dignidad y hablando estupendamente de sus productos, abría y cerraba la cremallera una y otra vez ofreciéndome las distintas cosas de aseo que traía. Este gesto, de ir abriendo y cerrando la cremallera con dignidad, a pesar del gran agujero de su bolsa, me conmovió y me humanizó. Consiguió hacerme olvidar que su maletín tenía un gran agujero. Tenía tanta educación y amabilidad que te hacía sentir que estabas dentro de cualquier gran perfumería del centro de la ciudad.

Al final le compré un champú de Aloe Vera. No por pena, sino porque realmente me convenció de que era un buen champú japonés. Es esta la dignidad con la que la gente de aquí vive la pobreza e incluso la miseria. Es esta dignidad la que te llama la atención al llegar y al mismo tiempo experimentas que te humaniza. En esto se parecen bastante a los habitantes de la India, comparten la misma dignidad. Cuando se marchó me quedé reflexionando cómo muchas veces me he avergonzado de mi propia debilidad y de mi propia necesidad. Y me preguntaba: ¿cómo poder llegar a vivir la debilidad abriendo y cerrando mi cremallera hasta que vea en ella la fuerza que encierra? Creo que vivir la necesidad con dignidad, aceptando la ayuda con dignidad y serenidad, fortalece y humaniza.

viernes, 5 de febrero de 2010

Por ti echaré la red

"Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: - «Rema mar adentro, y echad las redes para pescar.» Simón contestó: - «Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes.» Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red." (Lc 5, 1-11)

Por Redacción AJ. Párate unos minutos a pensar en las tareas que tienes entre manos. Repasa tu día, tu semana, en los distintos ámbitos en los que te mueves: tu trabajo, tus estudios, el grupo de Acit Joven que animas, el voluntariado en el que colaboras, tu familia... ¿Qué ves? ¿Qué dejas de ti en esos espacios? ¿Cómo te sientes? ¿Cómo te vives en ellos?

Imagínate que has acabado tu tarea, que estás repasando cómo ha ido el día, arreglando algún enganchón, limpiando algo que se haya quedado "pegado". Jesús pasa al lado y te pide un hueco en tu lugar de trabajo: tu barca. Te pide que te metas un poquito en el ámbito de trabajo habitual y desde allí se pone a hablar a la gente que pasa, a tus compañeros, a tu familia y amigos... ¿Qué les dice? ¿Cómo acoges tú esas palabras dirigidas a otros? ¿Cómo te implican? Párate unos minutos y sitúate como testigo de la escena: Jesús, en tu medio de trabajo habitual, te pide prestada "la barca" y se pone a hablar a aquellos que suelen estar cerca de ti mientras desarrollas tu labor...

Ahora imagínate que Jesús te dirige a ti estas palabras: «Rema mar adentro, y echa las redes para pescar.» Puede que identifiques personas que te dedican tiempo. Puede que te veas a ti mismo/a dedicando tiempo a otros. Es muy probable que te te veas como Simón contestándole: - «Maestro, me he pasado la noche currando y no he conseguido nada; pero, porque tú lo dices, volveré a intentarlo.» Hay tantas veces que trabajamos y no vemos los frutos... Que nuestro ámbito de influencia parece tan pequeño, tan poca cosa... Si trabajamos con jóvenes y adolescentes, puede que en algunos momentos parezca que pertenecemos a universos paralelos...

Pregúntate: ¿Por quién doy lo mejor de mí mismo/a tanto si veo los frutos como si no? ¿Qué me motiva a seguir trabajando? ¿Por quién sigo echando la red?
¿Por quién sigo creyendo que merece la pena ser sal que sala, que sazona, que cauteriza? Pídele a Jesús que se siente en la barca contigo mientras vuelves a tu tarea, a tu lugar de trabajo, de misión y dile "Por ti, echaré hoy la red".

Pedro Poveda comentó en 1935 este texto del evangelio refiriéndose a las vocaciones. "Y pensaba yo y decía a nuestro Señor: Señor, tanta carta como he escrito, tanto como he dicho acerca de la necesidad de vocaciones y no sé si habré conseguido mi propósito."

Hoy, te proponemos este otro texto escrito en 1932 llamado "Venís a la universidad por Dios y para su gloria". Ese "venís a la universidad" estaba dirigido a mujeres que estudiaban para dedicarse a la enseñanza. Hoy seguramente nos lo diría a quienes intentamos realizar nuestras tareas con el deseo de colaborar con el Reino de Dios:

"Os recomiendo que frecuentemente os preguntéis como S. Bernardo. Él se decía: «Bernarde, ad quid venisti», y cada una de vosotras debe preguntarse al salir de casa, al entrar en clase, al salir, al regresar, en el estudio, en vuestras conversaciones, en el recreo, en todas partes, «¿Fulana, a qué viniste?» Así tendréis siempre presente vuestra misión y pediréis en todo momento luces y fuerzas para cumplirla. (...)
Vuestra labor no es de un día, ni de un mes, pero es segura, si por Dios, con Dios, y para Dios la acometéis, y en ella sois perseverantes.

Mientras llega el tiempo de la recolección, hay que ir sepultando trabajos y desvelos, hay que sufrir todo género de inclemencias, hay que vivir de fe y de esperanza, sin precipitaciones, sin afán desmedido, sin decaimientos, sin tristezas. Todo esto procede del amor propio, del exceso de confianza en nuestras fuerzas, de cosa humana. Vosotras sembrad, labrad la tierra, echad sobre ella trabajos, sudores y penas, que Dios nuestro Señor dará el fruto cuando convenga, como le plazca y donde sea su divina voluntad. La recolección no es faena que se os confía."