lunes, 29 de marzo de 2010

Tierra Sagrada

Por Blanca Arce. Un saludo a todas las personas del Blog de Acit Joven, movimiento al que yo también pertenecí hace unos años y llevo en el corazón. Mi nombre es Blanca Arce, miembro de la Instituión Teresiana, y desde hace un año y medio vivo en Guatemala. La tierra del maíz y de la cultura maya… una tierra fértil en donde cada día descubro muchas cosas buenas. Trabajo en un Proyecto Socioeducativo con niños y niñas en una zona urbano-marginal llamada Chinautla.

Son ellos y ellas los que me han enseñando a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, esas pequeñas cosas que se vuelven tesoros: El abrazo de cada mañana, la sonrisa siempre atenta en busca de alguien que los mire y esas miradas que hablan de esperanza, de que hay otro mundo… y está en este.
Tierra guatemalteca profundamente conectada con la naturaleza, culturas indígenas que entre volcanes y lagos enseñan un modo de vivir, de compartir, de orar, que es diferente pero abren nuevos horizontes y me enseñan que lo mío no es lo único.

La realidad es fuerte y la injusticia al “tocar” tanta desigualdad es realmente dolorosa, pero con todo, sientes que el corazón se ensancha y muchas veces se “encoge” pero ante todo permanece DESPIERTO ante tantos signos de VIDA.
El impacto con lo desconocido y con lo diferente te posiciona siempre en actitud de humildad y en actitud de escucha, me pregunto muchas veces: ¿de qué me habla esta tierra?

Supongo que me habla de “acallar” tantas cosas que creía importantes para escuchar pequeñas y grandes vidas que en medio de dolor, de pobreza, y de violencia luchan por vivir, por llegar cada día a clase con una sonrisa, con nuevas ilusiones por aprender, con nuevos retos que superar, con olor a frijoles y tortillas de maíz que recuerdan la fertilidad de la tierra y la fertilidad de sus vidas.
Guatemala también me hace profundizar en la experiencia creyente, en el seguimiento de un Jesús que se encarna en tantas realidades que miro y escucho cada día, en tantos rostros que se acercan y reflejan que en medio de tantas dificultades, Dios sigue cuidando a su pueblo. Es difícil expresar en palabras la experiencia que supone “salir de la tierra” para entrar en otra… tan solo expresar el deseo de “descalzarme”, pues la tierra que piso cada día, es tierra sagrada.

lunes, 22 de marzo de 2010

Gastar la Vida

Por Oscar Mateos. Estos días celebramos el 30º aniversario de los asesinatos del jesuita y periodista catalán, Lluís Espinal, y del arzobispo de San Salvador, Monseñor Oscar Arnulfo Romero. Ambas figuras representan para los pueblos que los vieron morir, Bolivia y El Salvador, mártires de la causa de la justicia y de su opción radical por los más pobres. Ambos desafiaron a los poderes fácticos del momento: dictaduras que violaban sistemáticamente los derechos humanos y a una jerarquía eclesial tibia o cómplice con la situación sociopolítica. Ambos murieron porque creyeron radicalmente que valía la pena dar la vida por amor. Ambos resucitaron en el pueblo, como pocos días antes de su muerte, Romero ya había anunciado “Si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño”. Decenas de miles de personas salieron en sendos funerales como nunca los pueblos boliviano y salvadoreño habían presenciado antes.

Hoy no sólo conmemoramos su muerte. Hoy evocamos una manera de vivir la vida y la fe, de integrarlas, de darse a ellas. Espinal y Romero son testimonio vivo de una manera de vivir, comprometerse y gastar la vida. Precisamente, Espinal dejó escrito una poesía que encarna esta filosofía, un texto que me gustaría compartir con vosotros:

GASTAR LA VIDA
Jesucristo ha dicho:
“Quien quiera economizar su vida, la perderá;
y quien la gaste por Mí, la recobrará en la vida eterna”.
Pero a nosotros nos da miedo gastar la vida,
entregarla sin reservas.
Un terrible instinto de conservación nos lleva hacia el egoísmo,
y nos atenaza cuando queremos jugarnos la vida.
Tenemos seguros por todas partes, para evitar los riesgos.
Y sobre todo está la cobardía...
Señor Jesucristo, nos da miedo gastar la vida.
Pero la vida Tú nos la has dado para gastarla;
no se la puede economizar en estéril egoísmo.
Gastar la vida es trabajar por los demás, aunque no paguen;
hacer un favor al que no va a devolver;
gastar la vida es lanzarse aún al fracaso, si hace falta, sin falsas prudencias;
es quemar las naves en bien del prójimo.
Somos antorchas que solo tenemos sentido cuando nos quemamos;
solamente entonces seremos luz.
Líbranos de la prudencia cobarde,
la que nos hace evitar el sacrificio, y buscar la seguridad.
Gastar la vida no se hace con gestos ampulosos, y falsa teatralidad.
La vida se da sencillamente, sin publicidad,
como el agua de la vertiente, como la madre da el pecho al niño,
como el sudor humilde del sembrador.
Entrénanos, Señor, a lanzarnos a lo imposible,
porque detrás de lo imposible está tu gracia y tu presencia;
no podemos caer en el vacío.
El futuro es un enigma, nuestro camino se interna en la niebla;
pero queremos seguir dándonos, porque Tú estás esperando en la noche,
con mil ojos llenos de lágrimas.

viernes, 19 de marzo de 2010

Historias de salvación

"En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron: - «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?» Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: - «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.» E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer, en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: - «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?» Ella contestó: - «Ninguno, Señor.» Jesús dijo: - «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.»" (Jn 8, 1-11)
Por Redacción AJ. El texto de este domingo es tan conocido que la contestación de Jesús "el que esté libre de pecado que tire la primera piedra" es frecuentemente utilizada en la vida cotidiana. Son varios los aspectos en los que nos podríamos fijar, porque el pasaje es muy rico. Para quien quiera meditar sobre la sociedad patriarcal que dominaba entonces y sigue dominando hoy día, os remito al comentario de J. A. Pagola en Eclesalia ("Revolución ignorada").

Me fijaré hoy en la actitud de Jesús antes, durante y después de la interpelación a propósito de la mujer adúltera. Le traen la mujer, dispuestos a lapidarla, con ganas de provocarlo, de ponerle a prueba y Jesús ¿qué hace? Se pone a dibujar en el suelo (hoy diríamos que no entra al trapo). Ante su insistencia se levanta, contesta y, al hacerlo, sitúa a los acusadores ante su propia verdad, ante su propia historia de vida que, como la de todos los allí y aquí presentes, no está libre de fallos, de pecado, de responsabilidad. Una vez ha situado a cada uno ante su propia verdad, Jesús no se queda de pie interpelante, retador, desafiante... No... La verdad no necesita ser gritada ni defendida con violencia... Se agacha y se pone a dibujar de nuevo en el suelo. Sencillamente, ayuda a que cada uno de los acusadores, al mirar su realidad, asuma la responsabilidad de sus actos pasados. El relato nos cuenta que al hacerlo, se fueron uno a uno.

Cuando rezo con este texto no puedo evitar ver una historia de Salvación para todos y cada uno de los que forman parte en este pasaje: la mujer y los acusadores. Las palabras que Jesús dirige a la mujer adúltera son de Salvación, de sanación, de recuperación. La interpelación a los acusadores también fue ocasión de Salvación para ellos. Habían caído en el juicio, en la hipocresía... y las palabras de Jesús les llevaron a su interior, a su verdad... La actitud no provocadora de Jesús les ofreció una salida, reconocer su verdad y acoger la de la mujer sin condenarla... Quiero creer que más de uno se fue de allí cambiado...

  • Lee con calma el texto, deja que las palabras y las actitudes resuenen en tu interior.
  • Dedica unos minutos a hacer memoria de los regalos de Dios que has tenido a lo largo del día, de la semana... Dale gracias a Dios por tanto bien recibido...
  • Piensa en las ocasiones en las que podías haber respondido desde el amor y no lo has hecho... ¿Cuándo has actuado desde el egoísmo, el juicio a los otros, el afán de poder o el deseo de utilizar al prójimo?
  • Relee el texto. ¿Hay algún personaje en el evangelio con el que te identifiques? Al mirar a tu historia vivida, ¿ante qué verdad te sitúa Jesús? Contémplale dibujando en el suelo, sin juzgarte, dándote tiempo, dándote la oportunidad de mirar tu propia verdad... Cuéntasela, como quien habla con su mejor amigo...
  • Pídele a Dios la gracia, el regalo, de poder responder al Amor con amor... Con su ayuda y tu deseo de vivir desde el amor, la historia de tu vida puede ser historia de Salvación.
  • Escucha las palabras de Jesús dichas también hoy para ti: "Yo tampoco te condeno". Date tiempo para disfrutar del regalo de sentirse acogido/a de forma incondicional, porque así es su Amor: incondicional.
  • Anda y no peques más... Entendiendo como pecado la acción de no vivir desde el amor en respuesta a tanto Amor recibido, aquello que nos separa de la Vida... Te anima a poner los medios para disfrutar de su Amor y vivir en correspondencia a tanto bien recibido... ¿A qué conversión te sientes llamado/a hoy?

martes, 16 de marzo de 2010

Quieren ser nuestros bancos… ¿Les dejamos?

Por Silvia Ferrandis. Desde que me he independizado he adquirido de mi pareja la buena costumbre de despertarme escuchando la radio, eso hace que empiece el día “informada” y que, mientras lucho por escapar del colchón que me atrapa, sea muchas veces la rabia o las ganas de reír por no llorar las que me den el último empujón.

Entre las noticias diurnas se van intercalando una cantinela de anuncios que día a día se repiten y acabas aprendiéndote de memoria o tarareando… Algo aparentemente inofensivo, si me apuras pesado, pero que a mí me asusta enormemente, sobre todo porque la mayoría de esos anuncios son de bancos y cajasde ahorros, contándonos sus delicias. Me enervo, especialmente (y aquí es donde quiero llegar, perdón por el rodeo) cuando algún banco se presenta como benefactor, aprovechando una catástrofe, de la que por un lado o por otro es parte responsable, y nos cuenta que ha creado una cuenta para ayudar a los chilenos (y chilenas) a superar este momento. Llegados a este punto me echo a temblar… ¿Con qué criterio va a ayudar un banco que cuenta entre sus activos, pasivos y lo que sea, la mitad de la fortuna robada/expoliada por dirigentes corruptos y transnacionales a más de 3 y de 4 países empobrecidos?


Dice que quiere ser nuestro banco, y nos dice que mejor mañana… ¿Mejor para quien? o ¿para qué? Además, para ser más “popular” y cercano, patrocina grandes eventos y a uno de nuestros más queridos y mejor pagados deportistas (el chico no tendrá la culpa de eso, pero ¡qué barbaridad!).

Todavía hay algo peor y es que, aún conociendo esto (y más) de los bancos y de la mayoría de cajas, las organizaciones, las ONGDs, fundaciones, etc., siguen siendo sus clientas. No existen, en este sentido, muchas alternativas para gestionar de manera efectiva y eficiente la financiación obtenida, pero ¡qué terrible contradicción! Sí, se viene reflexionando y viendo cómo encontrar alternativas, pero tímidamente, por lo que queda claro que no es un debate hoy prioritario. La triste realidad es que cuando se trata de dinero, no queremos experimentos y sólo nos fiamos de los visiblemente poderosos.

A nivel particular podemos tener mucha conciencia social, o eso pensamos, y no comprar tal marca, pero si se trata de invertir, lo hago en el mejor postor; ellos sí que saben donde ponen su dinero, en otros lobos feroces, claro, que campan a sus anchas, pero qué hacer si nuestras pensiones descansan en sus fauces…

Efectivamente pensar en los bancos, el mercado financiero, la economía globalizada, el comercio internacional y, en definitiva, el neoliberalismo exacerbado imperante es para llorar y no parar. Pero si estamos dentro de un sistema que nos angustia así, habremos de buscar las puertas por donde se sale de él, y conocer bien a lo que nos enfrentamos para ponerle freno. No podemos quedarnos en que no hay otra, porque si hay más caminos, y esa es nuestra tarea, como jóvenes, como cristianas y cristianos, busquemos mejor, y creemos nuevas opciones cuando no las haya…

Lo que no debemos hacer es habituarnos y tragar con todo… Por ejemplo: no puede ser que no nos produzca un profundo estupor entrar en la página de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid y, a parte de los contenidos y programas que nos encontremos, al seguir bajando veamos que los patrocinadores oficiales son: Telefónica y el Banco Santander. Al comentarlo con alguien cercano me contestó: “pues gracias a ellos tendremos mochilas”. ¿Perdón?
1. Gastemos el dinero en otras cosas.
2. No tenemos que parecer un grupo homogéneo, cortados/as por el mismo patrón, como fans enloquecidos y sin criterio…

Yo por lo pronto como mujer co-independizada, y por suerte laboralmente activa, he estrenado este mes mi cuenta de ahorro en banca ética, llámese Triodos, Fiare o como sea… Existen varias opciones, aunque sólo sea para gestionar ahorros, de momento y no es poco.

Sólo quiero dejar unas pinceladas y expresar mi enfado con el sistema vigente. Enfado que me hace mirar hacia delante con esperanza y luchar con más fuerza y empeño. Cada una y cada uno debemos decidir reaprender, reconocer, buscar, descubrir… Os paso un enlace a un listado sobre bancos en España que invierten en la fabricación de armas. Aunque no esté del todo actualizado, vale la pena echarle un vistazo para hacernos una idea de cómo ganan el dinero y qué promueven esas entidades que hoy nos niegan créditos, tras haber sido salvadas con nuestros impuestos.

Puede que hayan sido siempre nuestros bancos, pero junt@s podemos ponerles límites, e incluso, quien sabe, ganarles la partida…

sábado, 13 de marzo de 2010

El hijo pródigo

Por Redacción AJ. A este evangelio casi le sobra todo comentario: la parábola del hijo pródigo nos habla, nos implica y fácilmente nos sentimos concernidos por ella.
¿Qué decir de esta parábola? Que ahí está como invitación a “meterse en ella”.
No cuesta nada imaginar lo feísimo –por decir algo- que resulta que un hijo le diga a su padre “dame la parte que me toca” y que a continuación, “no muchos días después”, se vaya. Es un agravio en toda regla.
Pues bien, este hijo se va lejos, se va y derrocha, se va y vive perdidamente, se va y lo gasta todo. Repito que sobran comentarios: a estas alturas de la parábola cualquiera está pensando en el “elemento” que está hecho este hijo menor. Para rematar el cuadro, cuando ya no puede caer más bajo (“guarda cerdos” - un animal considerado impuro- , se muere de hambre y “le entran ganas de comer algarrobas”-la comida de los cerdos-) decide “ponerse en camino”. Va a pedir perdón, sí, pero uno no deja de pensar que menuda cara la de este hijo, y que a buenas horas… ¿o no?
O también uno puede sentirse identificado con este hijo menor, que se siente fatal y que casi no se atreve a volver, que se pone en camino con la esperanza puesta en que “algo” le dará su padre, aunque él no se lo merece (“ya no merezco llamarme hijo tuyo”).
La cosa es que el hijo se pone en camino y, de nuevo, la parábola sorprende: el padre lo ve “cuando todavía estaba lejos” (vamos, vamos… este padre… ¿es que encima le estaba esperando?)
Lo normal es pensar en un padre algo más digno: quietecito, gesto fruncido, regañina en los labios, y puede que dispuesto a perdonar, sí, pero dejando las cosas claritas. Pues resulta que no: “su padre lo vio y se conmovió; y, echando a correr, se le echó al cuello y se puso a besarlo”. Y para colmo no es que no escuche la disculpa del hijo, sino que le pone el mejor traje, le pone un anillo en la mano, sandalias en los pies y ¡da una fiesta!: “celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido y lo hemos encontrado”. No hay juicio, sólo hay perdón sin palabras, alegría inmensa, acogida gratuita…el hijo está en casa, sin condiciones.
Entonces llega el hijo mayor. Y, lógicamente, cuando se entera de que la fiesta va por su hermano, se enfada; y, lógicamente también, no quiere entrar en la fiesta, ¡hasta ahí podía llegar la broma! El padre sale y lo quiere convencer de que entre, de que participe en el banquete. Pero, ¡ay!, ¿Quién puede comprender a este padre? El hijo mayor se siente, además, cargadito de razones. No le parece justo, no le parece justo: “cuando ha venido ese hijo tuyo que se ha comido tu bienes con malas artes, le matas el ternero cebado”.
Y el padre, vuelve a decirle a este hijo, esta vez con palabras, lo mismo que le ha dicho al otro con gestos: “tú siempre estás conmigo y todo lo mío es tuyo”. Y añade: “deberías alegrarte…”, que es tanto como decir “tu corazón se debería parecer al mío”.

Jesús, con un lenguaje sencillo, directo y plástico, nos habla de cómo es Dios, y nos habla también de nosotros: de cuánto nos cuesta a veces comprender que el amor de Dios está más allá de todos nuestros cálculos, de nuestros esquemas; nos hace caer en la cuenta de cuánto trabajo nos cuesta “aceptar la aceptación incondicional” del Amor (así con mayúsculas).
Creo que en todos nosotros hay un poco de ese hijo mayor o de ese hijo menor a quienes le cuesta comprender la bondad del padre y su misericordia entrañable…
No es extraño que un evangelio como éste acompañe nuestro camino de cuaresma, en el que queremos recordar que Jesús será entregado y morirá justamente por hacer transparente este amor de Dios que a muchos les resultó escandaloso.

miércoles, 10 de marzo de 2010

5 razones para ver... "Up in the air"


UP IN THE AIR (Jason Reitman, 2009). Por Raquel Pérez.

1. Del mismo director de Juno (2007), película ganadora del Oscar al Mejor Guión, UP IN THE AIR ha obtenido el premio de Mejor Guión de las Asociaciones de Críticos Cinematográficos de Los Ángeles y Chicago.

2. De fondo, un tema interesante: los vínculos que elegimos generar o no en la vida cotidiana. George Clooney interpreta al protagonista (Ryan Bingham), un tipo que tiene que enfrentarse al hecho de que, incluso aunque crea que su vida está plena, ha estado ignorando algo muy importante: la responsabilidad de formar parte de algo más grande… Le asustan tanto las responsabilidades de formar parte de una comunidad, que no se ha dado cuenta del valor que eso tiene.

3. El aeropuerto, los hoteles, la tecnología punta… aparecen como metáfora de esos espacios globalizados donde nos sentimos, aparentemente, conectados y cómodos, pero que, sin embargo, no percibimos como hogar. Trasladable a nuestro contexto (léase redes sociales, marcas, centro comerciales, series de TV, etc.), con posibilidad de llegar a las mismas consecuencias.

4. Los personajes ofrecen un amplio abanico de modos de relación y estilo de vida, mostrando con habilidad los límites y las consecuencias a las que lleva cada uno. En cualquier caso, una invitación a la reflexión personal sobre el nuestro.

5. Interesante la presentación que hace “del otro lado” del desempleo: una película que pone cara tanto a los desempleados, como a quienes llevan a cabo los despidos.

lunes, 8 de marzo de 2010

Creí, por eso hablé


Por Sonia Herrera Sánchez. Hoy 8 de Marzo celebramos como cada año el Día Internacional de la Mujer y con esta jornada conmemoramos la lucha constante de millones de mujeres. La lucha por una igualdad de derechos que nunca acaba de llegar, por la emancipación, por la libertad de andar sin miedo por la calle, por el reconocimiento, por una vida libre de violencia, por el respeto de nuestros Derechos Humanos (porque sí, las mujeres también somos seres humanos); la lucha por el respeto a la diferencia, por la capacidad de escoger (sin que otros elijan por nosotras), por el fin de un sistema patriarcal que nos somete cada vez más veladamente a sus normas y que se reactiva y retroalimenta de mil formas distintas.
Y para que esa lucha llegue a recoger un día todos sus frutos, todavía queda mucho por hacer y mucho que cuestionar. El teólogo de la liberación Leonardo Boff dijo hace ya algunos años una frase que todavía sigue vigente: “Lo que se da en Roma, sobre todo en la curia, es miedo. Miedo a los laicos, mucho miedo a las mujeres, miedo a los pobres y al Tercer Mundo, miedo al pensamiento crítico y libre”. El miedo inmoviliza y como mujeres y hombres creyentes, tenemos el deber de no quedarnos quietos, de debatir, de creer como Jesús creyó en la igualdad y en la libertad, porque él no tuvo miedo de las mujeres; las amó y se rodeó de ellas toda su vida porque sus ojos veían mucho más allá del cuerpo.

Por su parte, el poeta y escritor uruguayo Mario Benedetti se cuestionó lo que muchos prefieren no cuestionarse y se preguntó: ¿Y si Dios fuera mujer? Y esta fue su respuesta:
“Vaya, vaya si Dios fuera mujer es posible que agnósticos y ateos no dijéramos no con la cabeza y dijéramos sí con las entrañas”.
Por todas esas mujeres y hombres que creyeron y por eso hablaron, hoy, día 8 de Marzo, no podemos permanecer en silencio. Ahora es tiempo de seguir luchando por un mundo más justo para todos, un mundo sin sesgos ni añejos pecados, un mundo construido con todas las manos disponibles porque nosotras también somos sal de la tierra y también queremos ver esa luz del mundo que durante siglos ha permanecido apagada para más de la mitad de la población mundial.

viernes, 5 de marzo de 2010

A ver si da fruto

"En una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: - « ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. (...) Y les dijo esta parábola: - «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas".»" (Lc 13, 1-9)
Por Redacción AJ. Este texto puede resultar difícil de leer y aplicar a nuestras vidas. Fijémonos en dos aspectos principalmente:

1) Los judíos pensaban que la enfermedad o desgracia de una persona se debía a haber pecado. Quizás nos resulte más familiar la escena del ciego de nacimiento (Jn 9, 2): "Los discípulos le preguntaron: - Rabí, ¿quién pecó para que naciera ciego? ¿Él o sus padres?". Cuando Jesús opta por tocar a los leprosos y sanar a los enfermos está declarando la preferencia de Dios Padre por ellos, en contra de la idea generalizada de que "algo habrían hecho para merecerlo, ellos o sus padres". Puede que nosotros y nosotras mismas, en nuestro subconsciente, creamos algo parecido ante algunas circunstancias, alimentando la imagen de ese Dios castigador que se enfada cuando desobedecemos. La contestación en boca de Jesús en este texto impresiona: "si no os convertís, todos pereceréis lo mismo". Lo que cuenta, en definitiva, es qué decido hacer con mi vida... En qué dirección camino, cual es mi norte... ¿A qué/quién le entrego el poder de conducir mi vida? En definitiva cómo me sitúo ante la realidad y el otro/a. ¿Cómo ayudo a que los que están a mi alrededor no sean víctimas de la injusticia y la desigualdad? Ante los terremotos o inundaciones como fenómenos de la naturaleza poco podemos hacer, pero ¿cómo colaboramos con este sistema que genera estas diferencias, que construye de cualquier manera y a cualquier precio, con tal de ahorrar dinero, que invade y detruye hábitats naturales sin importar las consecuencias?

2) La parábola habla de una higuera (el pueblo de Israel, el pueblo de los que nos sentimos creyentes) de la que se espera fruto, sin éxito... y la opción final no es cortar de inmediato, es esperar un poco más, poner los medios, cuidar el árbol, a ver si ese fruto llega. Podríamos recordar aquí también la parábola de los talentos, regalados para ponerlos al servicio y obtener "fruto".

Convertirse, reconducir, liberarse, aprovechar los dones, dar frutos... Nos espantamos ante situaciones que se dan en la vida y en ocasiones se nos escapará la pregunta "¿Qué ha hecho/qué he hecho para merecer esto?". El evangelio parece indicarnos que este no es el punto de vista adecuado para mirar la realidad, sino ¿cómo estoy colaborando yo? ¿cómo estoy poniendo en juego mis dones para el bien común, del prójimo?

“Los hombres de Dios y las mujeres de Dios son inconfundibles. No se distinguen porque sean brillantes, ni porque deslumbren, ni por su fortaleza humana, sino por los frutos santos, por aquello que sentían los apóstoles en el camino de Emaús cuando iban en compañía de Cristo resucitado a quien no conocían, pero sentían los efectos de su presencia. El espíritu de Dios es suave, de paz, de orden, y así son los frutos de los sarmientos que están unidos a la vid y de ella reciben el jugo celestial. Frutos muchas veces inapreciables exteriormente, frutos que determinadamente no se los propone el sujeto, pero que surgen, merced a la gracia, valiéndose Dios como instrumento de un ejemplo, una palabra, una acción cualquiera de su apóstol, de la persona en la cual Dios habita" (Poveda, 1925)

martes, 2 de marzo de 2010

5 razones para ver... "Amerrika"

AMERRIKA (Cherien Dabis, 2009). Por Raquel Pérez.

1. Dirigida por una mujer, norteamericana de origen palestino, debuta en esta película como guionista y directora de largometraje.

2. La lucha de los inmigrantes cuando llegan a una nueva tierra es lo que llevó a Cherien a escribir Amerrika: la nostalgia del “hogar” al tiempo que se esfuerzan por encajar y encontrar un sitio de pertenencia en su nuevo país.

3. La historia, mezcla de drama y comedia, se basa en que el humor está directamente relacionado con la humanidad y la vulnerabilidad de los personajes.

4. Interesante el uso que hace de los colores a lo largo de la película, expresando el carácter de los distintos contextos donde se desarrolla la vida de Muna, la protagonista: de la familiaridad y calidez de los rojos, verdes y marrones que predominan en su casa de Cisjordania, a los colores chillones, blancos apagados y la luz natural y fría del lúgubre centro-norteamericano, que ilumina la dura realidad que vive.

5. El personaje de Muna, con su mezcla de melancolía y de esperanza, el de su hijo Fadi, con su enfado contenido ante la dificultad de la situación, el joven norteamericano compañero de trabajo en el restaurante, con su interés por conocer la cultura de Muna ... ofrecen al espectador una oportunidad única para derrumbar prejuicios y estereotipos.