sábado, 30 de julio de 2011

lunes, 25 de julio de 2011

Impresoras programadas para fallar

Por Elo Montero. El viernes vi el documental "Comprar, tirar, comprar" que me parece muy iluminador de la actual situación de despilfarro de los recursos naturales. Hablan Serge Latouche y otras personas muy interesantes.

Al margen de ofrecer una reflexión en la que me siento identificada, descubrí que las impresoras por las que pagamos nuestros bonitos euros, traen un chip que las bloquea cuando se llegan a un determinado número de impresiones. Aunque la impresora se encuentre en perfecto estado.

Se me ocurrió que eso es lo que le podía haber pasado a mi impresora (en buen estado y que me costó una pasta): un bonito día le cambié un cartucho y dejó de imprimir. Porque sí, sin un ruidito, sin una queja... Me resistía a tirarla... Tenía que haber una solución... Llevaba varios días rondando la idea de comprarme otra, pero un punto de indignación (¡está prácticamente nueva y me costo su dinero!) me impedía tirarla. Resultado: un mes sin imprimir...

Hoy, a puntito de ir a comprarme una impresora nueva, me he acordado del documental emitido en la 2 el pasado viernes y se me ha ocurrido buscar en internet. Y sí, he encontrado un archivo instalable que le ha devuelto la capacidad de imprimir... Porque sí, sin un suspiro ni un grito...

Hace un mes dejó de imprimir simplemente porque hay unos señores que no tienen suficiente con ganar dinero vendiendo impresoras, sino que las programan para que un buen día dejen de funcionar porque ya han impreso suficiente...

Hoy simplemente ha vuelto a imprimir porque todavía hay gente que hace buenos programas para televisión, otros que buscan los resquicios para escapar de esta locura de "comprar, tirar, comprar..." y porque el viernes estaba tan cansada que me apalanqué en el sofá y me encontré con este programa...

Por cierto, la impresora es Canon ;-) Empiezo a sospechar que la también impresora-Canon de una amiga padecía el mismo mal: avaricia perniciosa. Me temo que no serán los únicos...

PD. Copia de seguridad por si el archivo viene con un alien adosado...

lunes, 18 de julio de 2011

Calor

Por Ximo Bosch.

Si quieres hacer un viaje de verdad,

hazlo con un niño.

Tú le mostrarás lo poco que sabes,

él te enseñará lo mucho que ignoras.

Hace calor. Un calor que roza lo insufrible, sobre todo cuando uno piensa en el calor que todavía queda por venir. Sin embargo nos empeñamos en seguir llamando “buen tiempo” a este clima insufrible. Bueno, pues es buen tiempo sí, para los bares con aire acondicionado, para los cines y para los museos. Como en los bares está mal ir con un niño y los cines alcanzan ya precios de espectáculo de lujo, nos acercamos a la exposición fotográfica del centro cultural Bancaja, que bajo el sugerente título “Vuelven”, aloja una excepcional colección fotográfica. Se trata de un conjunto de instantáneas que refleja la visión que reporteros y reporteras americanos tenían de la España de finales del XIX y principios del XX.

Una exposición fantástica. Bendito calor.

Entre las muchas sorpresas que se llevó mi hijo (¿no había tele papa? ¿por qué están tan sucios?, ¿eso es una carretera? …) destaca la provocada por una fotografía al final del recorrido por las dos plantas del edificio. Se trata de una instantánea en la que la reportera americana comparte plano con una mujer española. La imagen habla por si sola. Las diferencias en las vestimentas, en la forma de estar de pie, en el color de la piel... en todo en general, evocan claramente la distancia sideral que separa a estas dos mujeres. Frente a esta foto mi hijo de once años, qué gran chico, exclama con naturalidad “pues si yo hubiera vivido en esa época hubiera emigrado a América.”

Tres días hace de esto y sigo pensando en ello. Lo primero que me viene a la cabeza es la sencillez con la que un niño puede aceptar el inalienable derecho de cualquier ser humano a mejorar su condición y la cantidad de farragosas excusas que somos capaces de articular para poner cortapisas a esta aspiración básica. Tuve un momento de pecado de pensamiento frente a la figura del alcalde de Badalona, pero eso es culpa mía por ser adulto.

Pero tras esta primera e inicial respuesta emocional a la expresión de mi hijo, sigo dando vueltas a lo que significa “dejarse impresionar”, “dejarse llevar con el corazón” o cosa similar.

La exposición fue estupenda, pero a mi hijo se le va a olvidar. Dentro de poco no se acordará bien y la confundirá con otro recuerdo similar. Lo que se le olvidará más difícilmente serán los dos veranos que pasó compartiendo con su padre diez días de campamento urbano para niños emigrantes. Desde entonces mi hijo comprende mejor la realidad de la emigración y tiene un referente real al que referirse en su memoria cuando hablamos del tema.

Y es que existe la extraña creencia entre los educadores católicos, entre los que me cuento con gusto, que hablando mucho de algo, conseguimos sustituir la experiencia de ese algo. Así hacemos campañas para hacer presentes por la palabra y la imagen realidades que nuestros educandos no comparten en su vida cotidiana. Y todo ello en la esperanza de que lo recuerden para cuando “les toque” tener que decidir, lo hagan con compasión y sensibilidad.

La paradoja llega a tal punto que resulta gramaticalmente difícil expresarla. A ver si lo consigo. Hablamos a los niños de realidades de las que les mantenemos alejados, para poder hablarles con más comodidad de realidades de las que les mantenemos alejados. Léanlo despacio y corrijan los signos de puntuación que quieran. Se lo puedo poner más claro con ejemplos muy concretos, pero dejo a la imaginación de cada uno sus propias contradicciones, que yo ya tengo las mías.

Pero es que a mi hijo también se le van a olvidar los veranos del campamento urbano para emigrantes que compartió con su padre (más por necesidad que por creencia, bien es cierto).

Si mi hijo no tiene una experiencia cotidiana del “otro”, si sigue percibiendo la realidad de pobreza y marginalidad como algo alejado en el espacio o en el tiempo, no va a ser capaz de generar el cambio que decimos que esperamos de las generaciones futuras.

Porque educar “sin el otro” pero “pensando en el otro”, suena a la versión moderna de “todo para el pueblo pero sin el pueblo”. Si seguimos pensando que creando líderes compasivos, se creará el cambio social que nos conducirá a un mundo más justo, pues creo yo que nos estamos equivocando.

La educación se ha transformado en el único espacio posible donde personas de diversa condición se van a poder mirar a los ojos a la misma altura. Y si no es entonces, ya no será después. Negar el reto no supone que desparezca, supone que otros lo asumen y nos quedamos atrás. De nuevo dejo en el pensamiento de cada cual los ejemplos que parezcan menester.

Con tanto calor, mi hijo se ha ido con su madre al parque. A ver con qué me viene luego. Miedo me da.

sábado, 16 de julio de 2011

Frutos

En aquel tiempo, Jesús propuso otra parábola a la gente: «El reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, su enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: "Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña?" Él les dijo: "Un enemigo lo ha hecho." Los criados le preguntaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?" Pero él les respondió: "No, que, al arrancar la cizaña, podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega y, cuando llegue la siega, diré a los segadores: 'Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.'» (Mt 13, 24-43)
Por pARTido.

lunes, 11 de julio de 2011

Un verano por estrenar

Por Tusta Aguilar.
¡El que no inventa no vive!
(Ana Mª Matute, premio Cervantes 2010)
Desde el primer momento que leí en los titulares de periódicos la afirmación de Ana Mª Matute, “el que no inventa no vive”, me pareció una afirmación estimulante y rotunda, que no es sólo para quienes tienen ese don, tan envidiable, de inventar historia, canciones y/o objetos materiales, esas personas a las que con facilidad se les reconoce una capacidad artística capaz de generar imágenes, mensajes y sentimientos; incluso actitudes a través de lo que crean, sino para todas las personas, llamadas a la vida.

También podemos inventar cualquier persona si nos atrevemos a superar lo que, para mí, son dos grandes frenos: la rutina y la inercia. Rutinas e inercias que, en ciertos aspectos, aparentemente, “facilitan” la vida, ya que sabes la respuestas antes, incluso, de la pregunta, porque se hace así sin tener que atreverte a pensar, a arriesgarte a algo nuevo. Pero esa facilidad es también una trampa, es solo una apariencia porque, con mucha frecuencia, lo que se ha hecho siempre de una manera, bien merece cambiarse y dar oportunidad a otras formas de ver, pensar, actuar, sentir… que generen nueva vida.

El verano puede ser una buena oportunidad de probar algunos cambios más allá de los que vienen dados como característicos de la “estación estival”.

Y este verano tenemos oportunidades especiales:
  • El movimiento 15M nos está regalando una gran cantidad de libros, diversas publicaciones visualizaciones de entrevistas, etc. en las que nos ofrecen otras formas de entender las relaciones, el uso del dinero, la responsabilidad en los asuntos públicos, etc. Son posibilidades, como bien sabemos, accesibles y abundantes. Muchas páginas web, facebook, youtube, etc., lo atestiguan.
  • Además, las Asambleas ciudadanas, en los barrios, distritos y pueblos son una oportunidad de escuchar, compartir, buscar con otros y otras, quizás cercanos pero, hasta ahora desconocidos. ¿Qué tal si nos informamos sobre días y hora de la reunión y nos acercamos para participar?
  • Los cambios y movilizaciones en algunos países árabes (Túnez, Egipto, Libia, Palestina…) nos ofrecen una llamada a conocer algo más de esos pueblos. Una modesta forma de acercarnos, además de dialogar y encontrarnos con ellos (que no siempre es posible) es a través de su cine. Tienen una larga y, para nosotros, desconocida producción de la que este verano podemos disfrutar.
  • Los libros, que siempre nos ofrecen la palabra de quienes se atreven a compartirla, invitándonos a entrar en diálogo, son tesoros por descubrir que exigen un poco de tiempo. Me atrevo a recomendar: El país de las mujeres (Gioconda Belli) y Estambul (Orhan Pamuk) además de otros muchos que seguro cada persona tenéis “en reserva” ¿no puede ser este un buen tiempo para leer y disfrutar de creatividades diversas?
Y por último, lo que creo nos da la mejor oportunidad de inventar, de crear, de sentir que estamos vivos: encontrarnos con nuevas personas, crear lazos imprevistos. Este verano ¿no podríamos aprovechar para conocer a personas más allá de nuestros círculo habitual de relaciones? Sabemos cuales son nuestras fronteras de relaciones cotidianas, quienes son “ellos” cuando nos encontramos un “nosotros” de siempre. ¿Qué tal si este verano rompemos algo de estas fronteras y ampliamos el “nosotros”?

Seguro que seria una oportunidad de vida nueva y compartida que superará inercias perjudiciales para la salud.

viernes, 8 de julio de 2011

Escuchar la palabra

"Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla. Les habló mucho rato en parábolas: «Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron. Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenla tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó. Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga.»" (Mt 13, 1-23)
Por Jose Luis Cortés.

martes, 5 de julio de 2011

El tuerto es el rey

Por Samuel Medina. Últimamente se está hablando constantemente del “rescate” griego. La Unión Europea se felicita de que se hayan aprobado los recortes en el país, para poder liberar la 2ª cuota de la ayuda prevista, por valor de 12.000 millones de €. La opinión pública especulaba con que si Grecia no aprobaba los recortes en su Parlamento, corría grave riesgo de declararse en bancarrota, provocando nefastas consecuencias sobre el resto de países de la UE.

El problema radica en que no posee credibilidad ante los mercados financieros. La situación en la que se halla dicho país, hace que sólo quieran comprar su deuda a tipos muy altos, inadmisibles, por lo que, ante el miedo de la caída en cascada, la Unión Europea ha aprobado préstamos por debajo del tipo de mercado.

La prima de riesgo del bono griego a 10 años en relación al alemán (es decir, el sobreprecio que hay que pagar por dejarle dinero a Grecia y no a Alemania) durante esta semana pasada ascendía a 1.428 puntos básicos. Lo cual significa, que Grecia sólo podría “colocar” su deuda a un tipo de un 17,3% anual… Para que nos enteremos de lo que eso supone, pongamos un ejemplo simple: Si Grecia emite una deuda de 1 millón de € a devolver en 10 años, tendrá que devolver ese millón de euros más 1,7 millones en concepto de intereses, es decir: más de una vez y media lo que pidió. Con estos números, es lógico pensar que es imposible sacar a flote a un país, donde básicamente se produciría para pagar intereses.

Esta situación tan cruda e inasumible, causada por un sistema deshumanizado y la mala gestión de unos políticos (elegidos en democracia, ojo) ha provocado que la credibilidad de Grecia esté muy por debajo de la de otros tantos países a priori situados por debajo en la escala del desarrollo humano, como Venezuela y Ecuador. Estamos hablando de que es probable que este país, muestre unas tasas de evolución cercanas a cero en los próximos años, debido a que una serie de personas/compañías ajenas a los problemas y necesidades de los ciudadanos griegos, no les prestará dinero para poder crecer. No piensan en qué repercusión tiene su dinero sobre las personas, sino en obtenerle la máxima rentabilidad con el menor riesgo posible. Los primeros indicios señalan hacia recortes en el gasto público y privatización de empresas/instituciones públicas, por lo que finalmente serán los ciudadanos los que en el día a día, sufran las consecuencias de la mala gestión que les hace depender de inversores “sin rostro”.

Sin embargo, me cuesta creer que un solo ciudadano griego pueda dejar de desarrollar sus potencialidades por culpa de esta crisis. Según el informe que anualmente publica el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), Grecia ocupa un puesto de verdadero privilegio en el Índice de Desarrollo Humano: el 22º de una lista de 169 (http://hdr.undp.org/es/informes/mundial/idh2010/capitulos/ ; página 177). Goza una elevadísima esperanza de vida (79,7 años), posee una población que estudia un promedio de 10,5 años y sus ingresos per cápita anuales son de 27.590 €. Estamos hablando de un país próspero, y creo que será difícil que deje de serlo a pesar de los recortes. No estoy tan seguro de poder realizar la misma afirmación cuando leo estos otros nombres: Mali, Burkina Faso, Liberia, Chad, Guinea-Bissau, Mozambique, Burundi, Níger, República Democrática del Congo y Zimbabwe. Sí, son los últimos de ese índice en el que Grecia ocupa la vigésimo segunda plaza. Los países con menor índice de Desarrollo.

Definir Desarrollo no es fácil. Pobreza, tampoco. Quizás me quede con el concepto de que implica “falta de oportunidades para la población”. Nada más, ni nada menos. Cualquier ciudadano griego, por el mero hecho de haber nacido allí, podrá tener más posibilidades de prosperar que un ciudadano de Mali, por ejemplo (Entre otros factores, porque su esperanza de vida es casi la mitad y probablemente sólo estudie 1,5 años).

Echar un vistazo rápido a las principales magnitudes que conforman la prosperidad de dichos estados, es desolador. La esperanza de vida media de esos países está en 50 años. (¡Cuánto hay que correr para desarrollar tu proceso vital en ese tiempo!) El promedio de años de instrucción de un ciudadano de esos estados es de 2,67 años. La renta per cápita anual, de 670,9 $. Sería bueno comparar la prima de riesgo de estos países con la griega… pero no he conseguido encontrar ningún índice ni referencia que nos muestre datos homogéneos. Con estos fríos datos sobre la mesa, no es complicado entender que estamos hablando de los olvidados entre los olvidados para el mundo occidental. No entro en poner rostro a cada una de las personas que viven en esas condiciones, pero creo que ese sería el ejercicio más enriquecedor.

A todos nos duele ver la situación por la que está pasando Grecia. Nos parece injusta y nos indigna. Nos sentimos identificados porque son “como nosotros”. Pero quizás tenemos poco desarrollado el sentido de “Identidad”. La Unión Europea, la Eurozona, el Euro, no son más que conceptos artificiales creadas por el ser humano. Hoy por hoy, constituyen una barrera que impide sentirnos próximos a (prójimos de) otras muchas personas que son tan hermanos como ellos, y que viven en constante estado de crisis. Jesús, sintetizó el mensaje: «El primer mandamiento es: “Escucha Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas”. El segundo es: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No existe otro mandamiento mayor que éstos» (Mc 12, 29-31).

Creo que muchos de estos problemas humanos y financieros podrían suavizarse si nos dedicáramos a hacer calar este mensaje en nuestro desarrollado mundo occidental.