“[Pablo y Bernabé] habiendo evangelizado aquella ciudad y conseguido bastantes discípulos , se volvieron a Listra, Iconio y Antioquía, confortando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a perseverar en la fe.” Hechos 14, 21.
“Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva (…) oí una fuerte voz que decía: Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo, y El, Dios-con-ellos, será su Dios. (…) Mira que hago un mundo nuevo” Apocalipsis 21,1-5a.
“Ya me queda poco tiempo de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo, que os améis los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros” Juan 13, 31-35.
Por Redacción AJ. En la Vigilia Pascual,
con la bendición de la luz, del fuego, del agua, que forman parte de la
vida cotidiana, hemos celebrado que con la Resurrección de Jesús, la vida se
hace nueva. No siempre porque cambien las situaciones, sino porque podemos
vivirlas de manera distinta. Y como signo de que estamos decididos a dejar
entrar esta novedad en nuestra vida, hemos renovado las promesas del Bautismo.
En los Hechos de los Apóstoles se nos narra cómo se iba
desarrollando la vida de las primeras comunidades cristianas.
Con su resurrección Jesús nos asegura que podemos vivir de
modo nuevo, y en estos domingos hemos
recordado cómo, después de la Resurrección, El ha salido al encuentro de los
discípulos en su vida cotidiana y les ha ayudado a reconocer esta novedad.
- De la celebración del Jueves, Viernes, Sábado Santo y Domingo de Resurrección ¿qué te has llevado de deseo de algo nuevo para ti? ¿Y para comprometerte con otros de modo que la vida pueda ser mejor para todos, especialmente para los que tienen menos posibilidades?
Todo lo hago nuevo
La lectura del texto del Evangelio, que recordamos del
Jueves Santo, responde a los últimos
momentos de la vida de Jesús con sus discípulos. En esos momentos, como quien
se despide, como quien sabe que también ellos serán perseguidos por ser
coherentes con el camino abierto por el Maestro, les repite lo más importante.
Con ternura, “Hijos míos, me queda ya poco de estar con
vosotros”, con la conciencia de que algunos les acogerán y otros los
rechazarán.
Quiere confirmarles
en el amor que les tiene y en
cómo este amor se hará real, experimentable para ellos, les fortalecerá, en el
amor de unos discípulos con otros.
Quiere confirmarles también que el amor a los otros, el dar
de comer, dar de beber, acoger al
forastero, vestir al desnudo, visitar al preso (Mt 25,35) será el camino de la
novedad de Jesús, y la señal por la que serán reconocidos.
El estilo de este amor es atrayente, porque el Maestro supo
amar a cada uno de modo distinto, porque les abrió a comprender lo que no
podían imaginar, porque les ayudó a reconocer capacidades que no imaginaban. Y
en el corazón de las personas está la necesidad de ser amadas y la capacidad de
amar.
El estilo de este amor es exigente, así se lo enseñó el
Maestro, en sus discusiones de quién sería el mayor, cuando se extrañaban de
por qué El se detenía con los pecadores. Nos cuesta a las personas aceptar que
podemos ser felices sin ser el centro, sin ser la medida de todo, dejando entrar a los demás en nuestros modos
de pensar y valorar, compartiendo no sólo de lo que podemos pensar que nos
sobra, defendiendo la dignidad y los derechos de aquellos a quienes nuestra
sociedad no valora.
El estilo de este amor se percibe, es signo, da fruto, no
solamente para ellos. El Maestro no convocó
una comunidad cerrada. Con el Maestro que no tenía donde reclinar la
cabeza, que entregaba todo el tiempo,
han aprendido a vivir para los demás, a sentir con las necesidades de
los otros, especialmente de los menos valorados en su tiempo- los enfermos, las
mujeres, los niños, las viudas, los que tenían otras creencias- y han sido
capaces de lograr lo que podría parecer imposible, los milagros en los que tomaron parte.
Qué situaciones recientes de tu vida personal, de la vida de
tu familia, de tu grupo, de las organizaciones de las que formas parte, de la sociedad,
- te han ayudado darte cuenta de que para ti el camino de novedad que propone Jesús es atrayente, es exigente, es signo;
- han ayudado a tu familia, grupo de amigos, organización de la que formas parte, etc. a descubrir, a experimentar que el camino de novedad que propone Jesús es atrayente, es exigente, es signo;
- te hacen más consciente de que en la Iglesia los más pequeños, los frágiles, tienen que estar en el centro de los intereses y cuidados de todos. ¿Qué llamadas sientes a ello?
La clave de la novedad está en el corazón
Muchas personas han comprendido este mensaje del
Maestro, se han atrevido a vivirlo y han
dado razón de su fe en el El.
Lo han hecho y lo hacen en el silencio de la entrega en la
vida de las familias, del barrio, en el actuar con justicia en la empresa, con
un ética profesional comprometida, se han jugado la vida en los campos de
concentración y en las situaciones terribles de las guerras actuales. Lo han
hecho dejando una vida con mayores comodidades para compartirla con grandes bolsas
de marginación. Lo han hecho con su estudio, análisis y denuncia de políticas
locales, nacionales o internacionales que generan pobreza, marginación. Lo
hacen arriesgando alternativas.
Una persona, próxima a muchos de nosotros, que desde sus
vivencias de niño hasta el final comprendió este mensaje del Maestro, y como El
se jugó la vida es Poveda. Él comprendió bien que este camino de novedad radica
en el corazón. Por ello, junto a sus obras, nos dejó algunas expresiones
que son programa de vida:
No hace falta ser rico para dar, basta ser bueno
Poner a Dios en el corazón
Todo lo que hagáis hacedlo de corazón. (expresión de Pablo que Poveda comenta)
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