En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará». Jn 16, 12-15
Redacción AJ. Dejamos atrás el tiempo pascual y, al recuperar el tiempo que llamamos
ordinario, la liturgia nos propone la fiesta de la Santísima Trinidad. Este
domingo tiene ecos de la pascua y de
todo el año litúrgico, que celebramos siempre en el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo. Y escuchamos el eco de Pentecostés: Jesús ha cumplido la
obra del Padre y vierte con abundancia el Espíritu sobre los apóstoles. Los
discípulos solos no pueden salir adelante. Tampoco nosotros solos podemos,
necesitamos el Espíritu de la verdad para resistir.
El evangelio que nos
convoca pertenece al llamado ‘Sermón de la Cena’ en los capítulos 13-17 del
evangelio de Juan, cuando en vísperas de su muerte, Jesús se despide los
discípulos y les anuncia de nuevo la venida del Espíritu, lo promete al menos
en cinco ocasiones. Mientras que Jesús ha convivido con los suyos les ha
transmitido el mensaje de salvación, recordamos “desde ahora os llamo amigos
porque os he dado a conocer todo lo que he oído a mi Padre” (Jn 15,15). Ahora
conocen pero no están preparados para vivirlo, por eso les deja, nos deja, un
maestro, “el Espíritu de la verdad” que los guiará –a los discípulos-, a ellos
y a nosotros, hacia la verdad plena, hacia el conocimiento personal y vital de
Cristo, de su persona, de su obra, de su mensaje.
Por la acción del Espíritu
conocemos la unidad entre el Padre y el Hijo y podemos comprender el misterio
de Jesús en el que descubrimos el rostro amoroso del Padre.
Esta Palabra de
Dios que se nos regala hoy evoca dos textos de san Pedro Poveda que comparto:
- “Poned mano a vuestra formación, tomadla con empeño; es el único negocio de toda vuestra vida”.
- “La verdad está en las obras, no en las palabras. Las obras sí, ellas son las que dan testimonio de nosotros y las que dicen con elocuencia incomparable quiénes somos”.
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