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Nicolás Castellanos Franco, obispo, prhnuevos@cotas.com.bo Santa Cruz de la Sierra (Bolivia)
Para ECLESALIA, 13/12/12.- Acabo
de salir de la cárcel, de Santa Cruz de la Sierra, que se llama
PALMASOLA. Estoy roto por dentro por lo que allí contemplé. Necesito
compartirlo contigo, amigo del alma. Tú y yo nos reconocemos en lo
profundo del corazón: Allí sentimos a Dios como PADRE, nos sentimos
hermanos todos, pero especialmente de los que carecen de todo. Somos
solidarios de los que sufren; nos duele el dolor del vecino o del
lejano. Qué hermoso es sentirnos abrazados al que sufre, al que carece
de todo y a lo mejor por nuestro cariño, cercanía, ayuda, todavía le
queda esperanza.
Te cuento lo que viví, sufrí esta tarde, día 7 de diciembre del año 2012, en la cárcel de Palmasola.
En compañía de Richar Calvo, voluntario de Hombres Nuevos, que
trabaja en la cárcel , del arquitecto Alfredo Soliz, del Dr. Julio
Valdivia y su asistente médico del penal, saludamos al gobernador y
llegamos al Pabellón bronco pulmonar para los presos enfermos de sida,
tuberculosis o con algún trastorno mental. Población toda joven.
Habitan en aquella pocilga 56 personas de aspecto astroso, de facha
repulsiva, con todos los estigmas de la enfermedad y la miseria, con un
color enfermizo en un ambiente abandonado, inhóspito, indigno de
personas humanas, que viven el siglo XXI. Son personas como tú y yo;
pueden haber cometido un error grave, pero siguen siendo personas, que
tienen dignidad y para nosotros son hijos de Dios.
En el último mes fallecieron 4 internos de este pabellón. Un joven de
20 años boliviano, por una muerte evitable y conculcando el sentido
mínimo de los derechos humanos; por no poseer ni él ni la familia 100
Bs., 9 euros, no había escolta para trasladarle a la clínica. Así viven y
mueren los pobres en nuestra Bolivia, que gasta 7 millones de $ para
hacer un museo, el museo de la Revolución Democrática y Cultural, para
exhibir los regalos del Presidente, Evo Morales. Como ves en Bolivia, en
el SUR, nos envuelve la tragedia, se mueren porque no tienen 100 Bs., o
9 euros.
Amigo esta tragedia te rompe el alma.
Pero luego nos reunimos, querían oír la voz de alguien que les iba a
hablar en el nombre del Señor. Había dos españoles, David de Canarias y
Francisco de Barcelona. Posaron su mirada agradecida en mí y nos
comunicamos espiritualmente.
Este encuentro fue como un sacramento, un signo de la presencia del Señor, que se completó con las palabras que me dirigieron.
Habló Willam el representante de los internos del pabellón: “Sabemos
que usted vive y se desvive por los pobres, como nosotros, faltos de
libertad, por cometer un error. Gracias por venir hasta nosotros, a este
pozo de la miseria”.
Verificamos las necesidades: el techo, el tejado con goteras, un
saneamiento contaminante, el sistema eléctrico un riesgo mortal, el piso
requiere una cerámica, los baños y duchas, sin agua caliente, un
basural de contaminación…
Pero la solidaridad hace milagros y en breve estará hecho el milagro
de un pabellón digno, limpio y funcional. La obra saldrá por unos 15.000
euros. Mostraban el deseo de tener una cancha polifuncional, dentro del
recinto, una vez terminada la refacción del pabellón. Asciende a 8.000
euros más.
Los internos son responsables y lo cuidan. Tienen hasta un huerto con
hortalizas que les sirve de terapia, recuperación y alimentación.
Se adelantó la Navidad. Volvió a nacer Jesús en Belén, pero esta vez
en el pabellón broncopulmonar para los enfermos del Sida, Tuberculosis
del centro penitenciario “Palmasola”, en Santa Cruz de la Sierra
(Bolivia).
En los rostros de los internos se refleja la luz de la esperanza.
Hombres Nuevos les miraba con ternura, compasión (sufría con ellos) y se
solidarizaba.
Esta es la otra NAVIDAD, la del SUR, que se celebra en el reverso de
la historia, en donde no hay consumismo, ni derroche y sí mucho amor y
esperanza.
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