sábado, 2 de octubre de 2010

La fe

"En aquel tiempo, los apóstoles le pidieron al Señor: «Auméntanos la fe.» (Lc 17, 5)"
Por Redacción AJ. Pedro Poveda nos puso como referencia a los primeros cristianos. Cuando pensamos en ellos nos los imaginamos seguros, convencidos, capaces de todo... Se nos olvida que eran hombres y mujeres sencillas, seducidos, sí, pero necesitados... ¿De qué? De tantas cosas como nosotros, 2.000 años después, pero sobre todo, necesitados de fe.

En esta ocasión, el evangelista Lucas nos presenta a unos discípulos que se encuentran seguramente desconcertados y que le piden a Jesús que les aumente la fe. Han pasado tantas cosas. Les ha descolocado ya tantas veces. Ellos que tenían sus prescripciones bien aprendidas, que confiaban en que cumpliendo uno se salva... y resulta que no... que lo que salva es el amor, como insistió en decir una y otra vez Pablo (se ve que no acababan de creérselo). De hecho, el versículo destacado hoy aparece después de la siguiente escena: "Si tu hermano peca, repréndelo; si se arrepiente, perdónale. Si siete veces al día te ofende y siete veces vuelve a ti diciendo que se arrepiente, perdónale."

Así que Jesús les va dando pautas de vida marcadas por el amor, el arrepentimiento (que nace de darse cuenta de que se ha hecho daño a alguien) y el perdón, y los discípulos no encuentran otra salida que pedir a Jesús que les aumente la fe. Es cierto, hay cosas que sólo se hacen desde la fe en Jesús Resucitado. Mirando la realidad (propia, para empezar) tan débil y tan frágil, con tantas incoherencias y meteduras de pata... necesitamos mucha fe para seguir adelante con nuestras opciones. El panorama social, político, eclesial echan para atrás al más motivado en muchas ocasiones. Son momentos de recuperar el credo y recordar que nuestra fe es fe en Jesucristo, nuestro Señor, y en Dios Padre y en el Espíritu Santo.

Decía Anthony de Mello:
"La duda es amiga de la fe. El enemigo de la fe es el miedo."
No estamos llamados a vivir de una fe cristalizada, inamovible, inmutable... Estamos llamados a amar mucho y desde ese amor, a confiar y creer en que Jesús es el Señor de la Vida, presente en las nuestras. La duda es el terreno en el que nuestra fe se renueva, se replantea... en la duda se identifican las viejas certezas que necesitan ser cuestionadas para dar a luz a una nueva fe viva y actual. Vivir sin dudas es ¿quizás? vegetar viviendo de las rentas del pasado...

El enemigo de la fe es el miedo. ¡Cuántas veces nos dice Jesús en los evangelios "ánimo, no temáis, soy yo"! Te proponemos un ejercicio: entra en la biblia online de Pastoralsj.org y busca la palabra miedo en los cuatro evangelios. Mira en qué contextos aparece esta palabra... Si tienes un poco más de tiempo, verás que curiosamente esta palabra "miedo" aparece muy poco en las cartas del nuevo testamento.

Cuando algo te hace sentir que tu fe flaquea, ¿qué está tocando de tu identidad, de tu forma de entender la realidad, que se tambalea? ¿Qué miedos afloran? Pídele a Jesús que fortalezca tu fe, que debilite tus miedos... La fe es un don, pero también se cultiva, como se pueden cultivar la confianza y la alegría. Busca en el fondo de tu ser tu verdad más auténtica, al Dios que habita en ti, y déjate transformar por Él.
"Déjate llevar del amor de Dios como si fueras una pajita ligera y suave, a la que el viento lleva y trae, sube y baja, aproxima o aleja. El viento del amor no daña, pero sí mueve. Tú, abandónate." Josefa Segovia

1 comentario:

  1. Qué pena no poder poner imágenes en los comentarios... Pondría una pajarita de papel, "ligera y suave". Me han encantado las palabras de Josefa Segovia.
    Muchas veces siento que mi barca se tambalea y el miedo me tensa tanto que no se deja mover por el viento del amor de Dios.
    Siempre se puede pedir "creo, Señor, pero aumenta mi fe" (o como leí en un libro de Unamuno "creo, Señor, socorre mi incredulidad")
    Gracias por vuestros comentarios.
    Beatriz

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