Por María Romero
El domingo 2 de Marzo, los
militantes de Madrid hemos ido a Los Negrales, a pasar la mañana.
A sugerencia de Judith y
Beatriz -nuestras animadoras-, hemos dedicado nuestro encuentro a evaluar la
marcha del grupo, cómo nos sentimos, qué cosas nos están ayudando, qué cosas
valoramos más, qué cambiaríamos… y a rezar delante de Pedro Poveda.
Ha sido una mañana muy
interesante. Hemos podido constatar que nos encontramos muy bien como grupo;
nos valoramos positivamente y reconocemos la diversidad y la riqueza que cada
uno aportamos desde los distintos modos de ver y vivir la vida.
Además de la revisión del
grupo, visitamos el espacio Alameda recordando/descubriendo la historia de la Institución Teresiana
desde sus orígenes.
También ha sido un
momento especial, el tiempo de oración junto a San Pedro Poveda. Con la ayuda
de fragmentos de la carta del año que Maite Uribe ha dirigido a toda la
Institución iniciamos nuestra reflexión sobre la necesidad de la oración para
nuestra vida diaria y la música de Luis Guitarra y Migueli –“En lo profundo”,
“Yendo contigo”- acompañaron nuestro silencio y dieron paso a la expresión de
nuestra oración compartiendo certezas, deseos y/o acción de gracias.
Os dejo a todos un texto
breve de Pedro Poveda que a mí, de modo especial, me gustó, me sorprendió y me
cuestiona:
“Para que la Obra
sea lo que debe ser y responda al pensamiento de quien la fundó necesita un
perfecto equilibrio. Tengo para mí una comparación que responde a lo que quiero
enseñaros. Las dos fuerzas, centrípeta y centrífuga, actuando sobre todos los
cuerpos mantienen el equilibrio, y esas fuerzas para mi caso son: la oración –
centrípeta – y la unión y caridad fraterna – centrífuga-.
Si
falta la primera os disiparéis, saldréis del radio, os escaparéis, no llenaréis
vuestro cometido. Si falta la segunda, no saldréis al mundo, no lo ilustraréis,
no llenaréis vuestra misión.” (Pedro Poveda)
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