viernes, 19 de febrero de 2010

Tentaciones vs Amor

En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo. Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: - «Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan.» Jesús le contestó: - «Está escrito: "No sólo de pan vive el hombre".» Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo: - «Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo. » Jesús le contestó: - «Está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto".» Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: - «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: "Encargará a los ángeles que cuiden de ti", y también: "Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras".» Jesús le contestó: - «Está mandado: "No tentarás al Señor, tu Dios".» Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión. (Lc 4, 1-13)
Por Redacción AJ. El pasado miércoles (de ceniza) comenzó la Cuaresma. Un tiempo que a veces miramos con recelo porque nos suena a restricción, tristeza, machaque... Nos perdemos en palabras como ayuno, abstinencia, sacrificio en lugar de descubrir este tiempo como oportunidad de renovación... Cuando acabamos las Navidades, tiempo de dulces, comidas, cenas y excesos, con frecuencia sale de nosotros mismos la necesidad de comer más ensalada o fruta o retomar el gimnasio... No solo por perder lo que hemos incorporado de más, sin ser necesario, también por sentirnos mejor, por desintoxicarnos...

Esta es la oportunidad que se nos abre con la Cuaresma: tomar conciencia de todo lo que nos hemos tragado que era innecesario, de las prisas, las ambiciones, las rivalidades, las ansias de poder, de acumular, de salirnos con la nuestra... No podemos pretender que eso no va con nosotros, somos humanos, y en el fondo de nuestro ser sabemos que esa dinámica no nos hace bien, que necesitamos retomar nuestra vida y hacer algunos cambios que nos ayudarán a sentirnos mejor. ¿De qué necesitarías desprenderte, liberarte, alimentarte?

Pedro Poveda hizo una selección de textos de Santa Teresa y los llamó "Avisos espirituales de Santa Teresa". Podemos encontrar estas palabras de la Santa:
"Los que de veras aman a Dios, todo lo bueno aman, todo lo bueno quieren, todo lo bueno favorecen, todo lo bueno loan, con los buenos se juntan siempre, y los favorecen y defienden; no aman sino verdades, y cosas que sean dignas de amar.
¿Pensáis que es posible los que muy de veras aman a Dios, amar vanidades, ni riquezas, ni cosas del mundo, ni deleites ni honras? Ni tienen contiendas, ni andan con envidias, todo porque no pretenden otra cosa sino contentar al Amado. Andan muriendo, porque los ame, y ansí ponen la vida en entender cómo le agradarán más, que el amor de Dios, si de veras es amor, es imposible estar muy encubierto. Si no mirad un S. Pablo, una Magdalena; en tres días el uno comenzó a entenderse que estaba enfermo de amor, éste fue S. Pablo; la Magdalena, desde el primer día; ¡y cuán bien entendido!... Es fuego grande, no puede sino dar gran resplandor; y, si esto no hay, anden con gran recelo, crean que tienen bien que temer, procuren entender qué es, y hagan oraciones, anden con humildad, y supliquen al Señor no los traiga en tentación; que cierto, a no haber esta señal, yo temo que andemos en ella."
No podemos ser tan ilusos como para pensar que estamos por encima de las tentaciones. Como dice Santa Teresa, la falta de la sensación de estar siendo tentado/a puede ser indicador de que estamos anclados en ella (la tentación).

Podríamos caer en actos de voluntarismo para hacer frente a las tentaciones que hay en el ambiente de esta sociedad que divide, separa, fragmenta, prima lo inmediato y el individualismo. Pedro Poveda escribía en 1909: "Si en vez de hacer esfuerzos para desechar las tentaciones hicieras en cada una de ellas un acto de amor de Dios, te serviría la sugestión del enemigo como acicate [estímulo] para hacer actos de amor de Dios".

¿Cuáles son las tentaciones de las que nos habla el texto? Esperamos que este texto escrito por J. A. Pagola para Eclesia pueda ayudarte en este tiempo:

"Antes que nada, sus tentaciones nos ayudan a identificar con más lucidez y responsabilidad las que puede experimentar hoy su Iglesia y quienes la formamos. ¿Cómo seremos una Iglesia fiel a Jesús si no somos conscientes de las tentaciones más peligrosas que nos pueden desviar hoy de su proyecto y estilo de vida?

En la primera tentación, Jesús renuncia a utilizar a Dios para «convertir» las piedras en panes y saciar así su hambre. No seguirá ese camino. No vivirá buscando su propio interés. No utilizará al Padre de manera egoísta.

Ésta es probablemente la tentación más grave de los cristianos de los países ricos: utilizar la religión para completar nuestro bienestar material, tranquilizar nuestras conciencias y vaciar nuestro cristianismo de compasión, viviendo sordos a la voz de Dios que nos sigue gritando ¿dónde están vuestros hermanos?

En la segunda tentación, Jesús renuncia a obtener «poder y gloria» a condición de someterse como todos los poderosos a los abusos, mentiras e injusticias en que se apoya el poder inspirado por el «diablo». El reino de Dios no se impone, se ofrece con amor. Sólo adorará al Dios de los pobres, débiles e indefensos.

En estos tiempos de pérdida de poder social es tentador para la Iglesia tratar de recuperar el «poder y la gloria» de otros tiempos pretendiendo incluso un poder absoluto sobre la sociedad. Estamos perdiendo una oportunidad histórica para entrar por un camino nuevo de servicio humilde y de acompañamiento fraterno al hombre y a la mujer de hoy, tan necesitados de amor y de esperanza.

En la tercera tentación, Jesús renuncia a cumplir su misión recurriendo al éxito fácil y la ostentación. No será un mesías triunfalista. Nunca pondrá a Dios al servicio de su vanagloria. Estará entre los suyos como el que sirve.

Siempre será tentador para algunos utilizar el espacio religioso para buscar reputación, renombre y prestigio. Pocas cosas son más ridículas en el seguimiento a Jesús que la ostentación y la búsqueda de honores. Hacen daño a la Iglesia y la vacían de verdad."

2 comentarios:

  1. Elo lleva un tiempo animándome a que me pase por aquí más amenudo... ¡Hoy lo hice y me encontré con este comentario de la Palabra que ya envié a algunos amigos y compartiré con mi agrupación! Gracias... a

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  2. Me ha encantado el comentario. Vine a la página en busca de textos povedanos y encontré una viva interpretación de su obra.
    Gracias!

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