Por Mar Palacios, (InteRed). En el año 2000, los líderes del mundo hicieron una promesa: acabar con la pobreza antes del 2015 y sobre esta base se fijaron los ODM. Diez años más tarde, 50.000 personas mueren diariamente como consecuencia de su extrema pobreza y la distancia entre pobres y ricos sigue creciendo. Frente a la creencia de que esta realidad es natural, y por lo tanto no se puede transformar (es natural que haya pobres y ricos, siempre los ha habido y siempre los habrá), tenemos que afirmar que en la actualidad la comunidad internacional tiene la capacidad de cambiar esta realidad y de hacerlo en el plazo fijado.
El 25 de septiembre de 2008 se revisó el cumplimiento de los Objetivos del Milenio. Desgraciadamente esa cumbre sólo logró recoger el compromiso de los países de aportar 16.000 millones de dólares cuando, según las estimaciones, se necesitarían alrededor de 150.000 al año hasta 2010 para alcanzar el propósito. Mientras, 1.400 millones de personas -uno de cada cuatro habitantes del planeta- sigue viviendo en la pobreza. A pesar de las declaraciones de buena intención de los líderes mundiales la realidad es que el año 2015 -fijado para alcanzar las metas de mejora de condiciones de vida para gran parte de la población- está cada vez más cerca y los ODM no se cumplirán de continuar como hasta ahora. Y no se trata de falta de recursos. En estos momentos, en medio de la crisis económica mundial, hemos asistiendo a una intervención decidida por parte de gobiernos, como el de EEUU o muchos países europeos, que supone una inversión hasta 10 veces mayor de lo que se estimó necesario para cumplir los ODM.
Este año, en septiembre de 2010, los líderes mundiales se volverán a reunir para evaluar el nivel de avance en cada uno de estos objetivos. El resultado ya lo podemos anticipar. Difícil, muy difícil que se cumplan. Y no es cuestión de los gobernantes corruptos de los países empobrecidos. Al menos no sólo esto. Hay países que han hecho sus deberes, pero no cuentan con el apoyo prometido por la comunidad internacional. Si quieres hacer un seguimiento más pormenorizado de este avance (o retoceso) te animo a que visites esta Web. Desde InteRed y la Coordinadora de ONGD de España estaremos haciendo un seguimiento estrecho de los acuerdos que se vayan tomando y os mantendremos informados.
Las causas que han dado origen a la crisis financiera y económica que estamos viviendo han puesto de manifiesto la profunda lacra ética y ausencia de valores que sustenta el sistema económico y político global. El papel de las ONGD a través de su labor de educación para el desarrollo en este contexto es crucial. No sólo por su capacidad de formar y transmitir valores y actitudes que redunden en el bien común, sino por su papel de vigía desvelando las causas de la pobreza, la desigualdad y la violación de derechos, así como el entramado invisible de relaciones que nos unen en este sistema globalizado de exclusiones.
El 25 de septiembre de 2008 se revisó el cumplimiento de los Objetivos del Milenio. Desgraciadamente esa cumbre sólo logró recoger el compromiso de los países de aportar 16.000 millones de dólares cuando, según las estimaciones, se necesitarían alrededor de 150.000 al año hasta 2010 para alcanzar el propósito. Mientras, 1.400 millones de personas -uno de cada cuatro habitantes del planeta- sigue viviendo en la pobreza. A pesar de las declaraciones de buena intención de los líderes mundiales la realidad es que el año 2015 -fijado para alcanzar las metas de mejora de condiciones de vida para gran parte de la población- está cada vez más cerca y los ODM no se cumplirán de continuar como hasta ahora. Y no se trata de falta de recursos. En estos momentos, en medio de la crisis económica mundial, hemos asistiendo a una intervención decidida por parte de gobiernos, como el de EEUU o muchos países europeos, que supone una inversión hasta 10 veces mayor de lo que se estimó necesario para cumplir los ODM.
Este año, en septiembre de 2010, los líderes mundiales se volverán a reunir para evaluar el nivel de avance en cada uno de estos objetivos. El resultado ya lo podemos anticipar. Difícil, muy difícil que se cumplan. Y no es cuestión de los gobernantes corruptos de los países empobrecidos. Al menos no sólo esto. Hay países que han hecho sus deberes, pero no cuentan con el apoyo prometido por la comunidad internacional. Si quieres hacer un seguimiento más pormenorizado de este avance (o retoceso) te animo a que visites esta Web. Desde InteRed y la Coordinadora de ONGD de España estaremos haciendo un seguimiento estrecho de los acuerdos que se vayan tomando y os mantendremos informados.
Las causas que han dado origen a la crisis financiera y económica que estamos viviendo han puesto de manifiesto la profunda lacra ética y ausencia de valores que sustenta el sistema económico y político global. El papel de las ONGD a través de su labor de educación para el desarrollo en este contexto es crucial. No sólo por su capacidad de formar y transmitir valores y actitudes que redunden en el bien común, sino por su papel de vigía desvelando las causas de la pobreza, la desigualdad y la violación de derechos, así como el entramado invisible de relaciones que nos unen en este sistema globalizado de exclusiones.
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