Por Tusta Aguilar. En el comentario del lunes 21 de febrero de 2011, "Foro Juvenil: Culturas Juveniles, Contextos Desafíos y Transformaciones" se hacía referencia a esta conocida cita de P. Poveda a los jóvenes:
Preguntarán: ¿Qué podemos hacer?
"Ustedes pueden trasformar el mundo, ni más ni menos."
(Pedro Poveda)
Hace unas semanas escribía sobre el “árbol de la crisis”. Si alguien se animó a hacerlo, sería interesante que nos lo envíe y lo podamos conocer, completar y, sobre todo, tenerlo en cuenta por si, quizás sin saberlo, estamos fortaleciendo sus raíces, robusteciendo su tronco y/o manteniendo sus frutos en lugar de arrancarlos.
Porque tenemos poder para cambiar más de lo que pensamos. Al menos para no mantener lo que no queremos y, además, tal como expresa esta imagen: nuestro poder es nuestra responsabilidad.
A modo de ejemplo: seguro que conocemos algo de lo que está pasando en países del norte de África (Túnez, Egipto, Libia…). ¿Qué ha hecho posible que Ben Ali, de ser un presidente, reconocido por los estados europeos, “buen amigo” e incondicional colaborador de intereses, no claramente confesados, haya huido a “los países del golfo” según nos cuenta la prensa? Convendría analizar y celebrar quiénes lo han hecho posible, quiénes han dejado de mantenerlo, cómo lo han conseguido…
Quizás estos análisis y estos agradecimientos nos animen a retirarnos también nosotros de algunos pedestales que mantenemos (con nuestras acciones y/o omisiones) para poder caminar en libertad. Y sobre todo para que nuestro mundo sea un espacio de Vida para todos. Porque la transformación del mundo, y de pequeños “mundos”, también depende de nosotras y nosotros.
Porque tenemos poder para cambiar más de lo que pensamos. Al menos para no mantener lo que no queremos y, además, tal como expresa esta imagen: nuestro poder es nuestra responsabilidad.
A modo de ejemplo: seguro que conocemos algo de lo que está pasando en países del norte de África (Túnez, Egipto, Libia…). ¿Qué ha hecho posible que Ben Ali, de ser un presidente, reconocido por los estados europeos, “buen amigo” e incondicional colaborador de intereses, no claramente confesados, haya huido a “los países del golfo” según nos cuenta la prensa? Convendría analizar y celebrar quiénes lo han hecho posible, quiénes han dejado de mantenerlo, cómo lo han conseguido…
Quizás estos análisis y estos agradecimientos nos animen a retirarnos también nosotros de algunos pedestales que mantenemos (con nuestras acciones y/o omisiones) para poder caminar en libertad. Y sobre todo para que nuestro mundo sea un espacio de Vida para todos. Porque la transformación del mundo, y de pequeños “mundos”, también depende de nosotras y nosotros.
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