Por Óscar Mateos. Mi amigo me pregunta: ¿estás a favor de la intervención en Libia?
- Hombre, lo cierto es que la posibilidad de una masacre en Bengasi por parte de las tropas leales a Gaddaffi resulta espantoso. Srebrenica, Sarajevo o Ruanda realmente son episodios demasiado frescos que pesan sobre la conciencia colectiva.
Bien, pero no me has respondido, ¿estás a favor de la intervención militar en Libia?
- A ver, esta vez la intervención cuenta con la cobertura legal del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, e incluso con cierto respaldo de la Liga Árabe, a diferencia de lo que fue Kosovo a finales de los noventa y, especialmente, Irak, en el 2003.
Pero, entonces, ¿estás a favor o no?
- Es que masacres se pueden producir en muchos lugares. A menor escala ya están teniendo lugar en Bahrein, Yemen, Arabia Saudita, Jordania o Siria. No sé cómo va actuar la comunidad internacional en el caso de que algunos de estos contextos derive en una situación similar a la de Libia.
¿Eso qué quiere decir?
- Además, hay que tener en cuenta que aplicar ese criterio debería haber llevado al mismo Consejo de Seguridad o a otras instituciones a adoptar soluciones drásticas en coyunturas como la de Gaza, las constantes masacres que hoy día continúan en el este de la República Democrática del Congo (4 millones de muertos desde 1996 y una respuesta patética de la misión de Naciones Unidas más importante de la historia, MONUC) o la sistemática violación de derechos humanos que tiene lugar desde 2003 en la región oeste de Sudán, Darfur.
Por favor, una respuesta ya…
- Y está el petróleo… siempre he defendido que las guerras no son sólo por petróleo o recursos (tampoco lo fue en Irak, donde había otros componentes que también pesaban, como el carácter mesiánico de Bush y sus halcones). Ese (el del petróleo) me parece un argumento demasiado simple para entender la verdadera complejidad de las cosas. Pero está claro que Gaddaffi ha tenido el control del grifo de unos recursos que Occidente necesita, y sin él las cosas serán más fáciles.
Eso hay que tenerlo en cuenta, pero ante la intervención, ¿qué dices?
- Es que no sé si la comunidad internacional es muy consciente de dónde se está metiendo. En Libia ha estallado una guerra civil, la resolución va a proteger a la población civil, una parte de la cual también está armada. ¿Y quiénes son los rebeldes? ¿qué va a suponer respaldarles y su aparente victoria? ¿Cómo se abordará la posterior reconciliación del país?, ¿a qué tipo de divisiones sociales se está contribuyendo?
Sí, pero, la población libia podía haber sido masacrada, sigues sin contestar la pregunta…
- También es cierto que es imprevisible los escenarios que se pueden derivar: ¿una victoria rápida y contundente y la claudicación del líder libio?, ¿ayudará a una rendición y al inicio de una transición?, ¿se enquistará la guerra?, ¿cuánta gente morirá en ese proceso?, ¿la comunidad internacional persistirá en su empeño a pesar del elevado coste económico de la operación?, ¿se abandonará Libia como hoy se ha hecho con Irak?, ¿qué tipo de transición se favorecerá?, ¿regímenes cocinados, artificiales y potencialmente insostenibles como en Afganistán e Irak?, ¿quién tutelará todos esos procesos?
No has contestado todavía…
- Sin duda, Gaddaffi es un personaje siniestro (por cierto, él y su Libro Verde fueron objetos de culto y seguimiento para muchos sectores intelectuales africanos a finales de los setenta y en los ochenta), ha financiado guerras, entrenado guerrillas como la del Frente Unido Revolucionario que tanto daño hizo en la Sierra Leona de los noventa, o suministrado armas a personajes como Charles Taylor, hoy juzgado en La Haya por el Tribunal Especial de Sierra Leona… por cierto, también me gustaría saber cuándo, como sociedades, estaremos dispuestos a reivindicar de manera contundente la imputación de Bush o Blair por los crímenes en Irak, o cuando vamos a poner fin al horror casi invisible de Guantánamo, o a las torturas que está sufriendo el soldado Manning en EEUU por filtrar los cables a wikileaks…
De acuerdo ¿pero?
- También es cierto que a la construcción del hoy “monstruo” y demonizado Gaddaffi, de algún modo u otro, en mayor o menor manera, han contribuido nuestros líderes políticos, con alfombras rojas, grandes recepciones y la venta de armas… era una pieza clave en un escenario geoestratégicamente siempre complejo para los intereses occidentales (lucha contra el terrorismo, controles migratorios, …).
Oye, ¿sí o no?
- ¿De verdad se habían agotado todos los mecanismos diplomáticos? ¿Era imposible frenar la entrada de Gaddaffi en Bengasi y en otras poblaciones y evitar una matanza? El uso de la fuerza siempre es perverso, genera más violencia, es el fracaso de la inteligencia humana, “el último recurso del incompetente”…
Me quedo sin respuesta…
- Creo que mi respuesta es que no… No estoy a favor de las intervenciones armadas en un contexto en el que existen tantas contradicciones, en el que las reglas de juego son tan injustas, tan mal hechas y tan asimétricas o en el que el doble rasero y la doble moral se pasean con tanta impunidad. Pero, por otra parte… ¿y la población de Bengasi?, ¿y la de Gaza? ¿Y la del Kivu Norte?…
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