Por Fernando Frías. Por primera vez, y con mucha ilusión y alegría, fui a Los
Negrales, centro de la Institución teresiana, y por ende, de ACIT Joven. Esa
ilusión que viene de trabajar en el colegio de Málaga (Academia Santa Teresa),
de conocer más lo que vivo día a día y de dónde viene todo, de compartir con mi
grupo de Profundización A (jóvenes de 4º E.S.O. y 1º de Bachillerato), y de
compartir con todo el movimiento de Málaga.
Esta alegría nos acompañó durante todo el fin de semana,
desde las primeras canciones en el autobús hasta la alegría implícita de los
niños, desde el recuerdo de ese ambiente especial vivido por muchos allí en
otras ocasiones hasta el presente esperanzador de ver juntas allí a personas de
todas las generaciones y grupos, cantando la andaluza Rumba a Poveda.
El último fin de semana de febrero fue un espacio de
encuentro, de reencuentro, de conocimiento, de relación con Dios, de respirar
ese olor cristiano de gente sana, de compartir vida desde la vida y la
profundidad íntima. Laura Martín, de Profundización A, lo expresa así: En los Negrales he disfrutado y
aprendido que todos juntos (mayores, adultos, jóvenes y niños) podemos
disfrutar del mensaje de Dios y convivir como hermanos.
Se vivió y acrecentó un sentimiento de grupo, acordándonos
de los que no pudieron venir, y nos ha animado mucho ese sabernos grupo joven,
grupo malagueño, dentro del grupo teresiano. Con esa riqueza de diversidad de
edades, de personas, pero con el mismo centro en Cristo.
Oramos, escuchamos, compartimos, visitamos el pueblo y el
monasterio de El Escorial, nos divertimos con la velada preparada por los
jóvenes, vimos el Espacio Alameda, disfrutamos con la misa y el cura tan
simpático…
Agradecidos por esta oportunidad, personalmente vuelvo con
más ganas de seguir en el camino del Señor, de aprender de los jóvenes y ser
instrumento de Jesús con ellos, si así sigue queriendo; y muy alegre del
encuentro con todos, viendo a tanta variedad (¡y a gente joven en temas de
Iglesia!),
especialmente contentísimo con mi grupo de apañaos, que juntos vamos caminando
con la esperanza que cantan. Esperanza con la que enfrentan sus inquietudes, como nos cuenta Marina, de Profundización A: Esta jornada de reflexión ha sido muy buena porque
nos ha servido como momento de encontrarnos con nosotros mismos y saber hacia
dónde vamos.
Porque no hay miedo para el cristiano, ni para decir que lo
somos, ni para la vida, porque si vamos con Él, nuestro mejor amigo, el que más
nos quiere, nada hay que temer.
“Como sal, como luz, os envío por el mundo”. Así canta Ixcís
el texto evangélico con el que fuimos enviados al compromiso, ese echar a volar que en Jornadas del año pasado tan bien
representaron en un lipdub los jóvenes.
¡Ánimo!
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