2. El FSM es un espacio heterogéneo y plural. Aunque para algunos este hecho podría haberle restado capacidad de articular propuestas unitarias, lo cierto es que la diversidad sobre todo le da una gran credibilidad. Los encuentros del FSM no plantean soluciones maniqueas ni panfletarias. La diversidad de movimientos sociales, sindicatos u ONG hacen que desde diferentes sensibilidades, con discrepancias y muchas veces con puntos de vista encontrados, vayan tejiéndose discursos que, eso sí, apuntan en una dirección contraria al del sistema neoliberal actual. Y ese es el gran potencial del Foro. Aunque la hoja de ruta pueda ser en ocasiones difícilmente consensuable, la agenda de partida es incuestionable: mayor equidad en un mundo cada vez más desigual (tanto en el norte como en el sur) y sostenibilidad, en un planeta que se dirige hacia el ecocidio.
3. El FSM y los diferentes foros regionales y locales que han tenido lugar en la última década han sido revulsivos. La histórica manifestación contra la guerra de febrero de 2003 se gestó precisamente en los foros sociales previos a esa fecha. Aquí, los diferentes movimientos sociales tuvieron la capacidad de articular la que para algunos ha sido la mayor protesta colectiva de la historia, 100 millones de personas que de manera simultánea dijeron “no a la guerra” y no una manera determinada de entender el mundo. Ese hito histórico es gracias al Foro social, y lejos de representar un simple galón en su historial, es la prueba de que la acción colectiva para construir un mundo más justo y sostenible es posible.
4. El FSM es una iniciativa esperanzadora. En medio de un clima en el que se ha aceptado hasta cierto punto un dogma que asegura que no hay otra manera de hacer las cosas (recorte de algunos derechos sociales, primacía de los mercados en detrimento de la capacidad de decisión de gobiernos supuestamente soberanos, etc.), el FSM quiere reivindicar que la historia dice todo lo contrario. Han sido los movimientos sociales al largo de la historia, su capacidad de reivindicar mejoras y lograr conquistas sociales, los que han hecho que otro mundo haya sido posible y siempre un poco mejor al anterior. Quien afirme que las medidas implantadas por los gobiernos europeos -que exponen a una involución social y democrática de nuestras sociedades- son la única de las respuestas posibles, no tiene en cuenta ni la historia ni la capacidad de los seres humanos a imaginar, soñar y articular alternativas. El FSM quiere reivindicar que no es “el fin de la historia” como muchos han pronosticado, sino un punto de inflexión en el que lo social puede prevalecer por encima de los intereses individuales y de la capacidad de decisión e influencia de unos pocos.
5. El FSM es necesario en el contexto de esta crisis histórica. En una coyuntura en la que numerosas personas están empeorando sus condiciones de vida (incremento del paro, aumento de la pobreza y la exclusión social, etc.), en que la desafección política crece y las soluciones populistas (muchas veces de carácter xenófobo) se erigen en peligrosa alternativa, en el que los gobiernos parecen ridículamente noqueados por unos mercados capaces de condicionar las políticas sociales y de vapulear las conquistas sociales de muchas sociedades o en el que las soluciones adoptadas favorecen a aquellos que tuvieron una enorme responsabilidad en el origen de esta crisis, Dakar, el Foro Social Mundial, es un espacio imprescindible para tomar aire, para coger impulso, para gritar bien alto y, sobre todo, para tejer redes, propuestas y estrategias del otro mundo que es posible, de ese que a veces de manera invisible ya existe (en las luchas de las organizaciones campesinas brasileñas o en las de los trabajadores de las fábricas de la India) y del otro que queremos que sea. Un mundo que desde Dakar queremos reivindicar con fuerza.
Hola: Como antigua alumna, bastante antigua, he encontrado por casualidad la página y me gustaría estar en contacto para comentar un evento previsto para el día 22 de Mayo en Madrid. ¿Queréis tener noticias?
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