Por Silvia Ferrandis. Desde que me he independizado he adquirido de mi pareja la buena costumbre de despertarme escuchando la radio, eso hace que empiece el día “informada” y que, mientras lucho por escapar del colchón que me atrapa, sea muchas veces la rabia o las ganas de reír por no llorar las que me den el último empujón.
Entre las noticias diurnas se van intercalando una cantinela de anuncios que día a día se repiten y acabas aprendiéndote de memoria o tarareando… Algo aparentemente inofensivo, si me apuras pesado, pero que a mí me asusta enormemente, sobre todo porque la mayoría de esos anuncios son de bancos y cajasde ahorros, contándonos sus delicias. Me enervo, especialmente (y aquí es donde quiero llegar, perdón por el rodeo) cuando algún banco se presenta como benefactor, aprovechando una catástrofe, de la que por un lado o por otro es parte responsable, y nos cuenta que ha creado una cuenta para ayudar a los chilenos (y chilenas) a superar este momento. Llegados a este punto me echo a temblar… ¿Con qué criterio va a ayudar un banco que cuenta entre sus activos, pasivos y lo que sea, la mitad de la fortuna robada/expoliada por dirigentes corruptos y transnacionales a más de 3 y de 4 países empobrecidos?
Dice que quiere ser nuestro banco, y nos dice que mejor mañana… ¿Mejor para quien? o ¿para qué? Además, para ser más “popular” y cercano, patrocina grandes eventos y a uno de nuestros más queridos y mejor pagados deportistas (el chico no tendrá la culpa de eso, pero ¡qué barbaridad!).
Todavía hay algo peor y es que, aún conociendo esto (y más) de los bancos y de la mayoría de cajas, las organizaciones, las ONGDs, fundaciones, etc., siguen siendo sus clientas. No existen, en este sentido, muchas alternativas para gestionar de manera efectiva y eficiente la financiación obtenida, pero ¡qué terrible contradicción! Sí, se viene reflexionando y viendo cómo encontrar alternativas, pero tímidamente, por lo que queda claro que no es un debate hoy prioritario. La triste realidad es que cuando se trata de dinero, no queremos experimentos y sólo nos fiamos de los visiblemente poderosos.
A nivel particular podemos tener mucha conciencia social, o eso pensamos, y no comprar tal marca, pero si se trata de invertir, lo hago en el mejor postor; ellos sí que saben donde ponen su dinero, en otros lobos feroces, claro, que campan a sus anchas, pero qué hacer si nuestras pensiones descansan en sus fauces…
Efectivamente pensar en los bancos, el mercado financiero, la economía globalizada, el comercio internacional y, en definitiva, el neoliberalismo exacerbado imperante es para llorar y no parar. Pero si estamos dentro de un sistema que nos angustia así, habremos de buscar las puertas por donde se sale de él, y conocer bien a lo que nos enfrentamos para ponerle freno. No podemos quedarnos en que no hay otra, porque si hay más caminos, y esa es nuestra tarea, como jóvenes, como cristianas y cristianos, busquemos mejor, y creemos nuevas opciones cuando no las haya…
Lo que no debemos hacer es habituarnos y tragar con todo… Por ejemplo: no puede ser que no nos produzca un profundo estupor entrar en la página de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid y, a parte de los contenidos y programas que nos encontremos, al seguir bajando veamos que los patrocinadores oficiales son: Telefónica y el Banco Santander. Al comentarlo con alguien cercano me contestó: “pues gracias a ellos tendremos mochilas”. ¿Perdón?
1. Gastemos el dinero en otras cosas.
2. No tenemos que parecer un grupo homogéneo, cortados/as por el mismo patrón, como fans enloquecidos y sin criterio…
Yo por lo pronto como mujer co-independizada, y por suerte laboralmente activa, he estrenado este mes mi cuenta de ahorro en banca ética, llámese Triodos, Fiare o como sea… Existen varias opciones, aunque sólo sea para gestionar ahorros, de momento y no es poco.
Sólo quiero dejar unas pinceladas y expresar mi enfado con el sistema vigente. Enfado que me hace mirar hacia delante con esperanza y luchar con más fuerza y empeño. Cada una y cada uno debemos decidir reaprender, reconocer, buscar, descubrir… Os paso un enlace a un listado sobre bancos en España que invierten en la fabricación de armas. Aunque no esté del todo actualizado, vale la pena echarle un vistazo para hacernos una idea de cómo ganan el dinero y qué promueven esas entidades que hoy nos niegan créditos, tras haber sido salvadas con nuestros impuestos.
Puede que hayan sido siempre nuestros bancos, pero junt@s podemos ponerles límites, e incluso, quien sabe, ganarles la partida…
Entre las noticias diurnas se van intercalando una cantinela de anuncios que día a día se repiten y acabas aprendiéndote de memoria o tarareando… Algo aparentemente inofensivo, si me apuras pesado, pero que a mí me asusta enormemente, sobre todo porque la mayoría de esos anuncios son de bancos y cajasde ahorros, contándonos sus delicias. Me enervo, especialmente (y aquí es donde quiero llegar, perdón por el rodeo) cuando algún banco se presenta como benefactor, aprovechando una catástrofe, de la que por un lado o por otro es parte responsable, y nos cuenta que ha creado una cuenta para ayudar a los chilenos (y chilenas) a superar este momento. Llegados a este punto me echo a temblar… ¿Con qué criterio va a ayudar un banco que cuenta entre sus activos, pasivos y lo que sea, la mitad de la fortuna robada/expoliada por dirigentes corruptos y transnacionales a más de 3 y de 4 países empobrecidos?
Dice que quiere ser nuestro banco, y nos dice que mejor mañana… ¿Mejor para quien? o ¿para qué? Además, para ser más “popular” y cercano, patrocina grandes eventos y a uno de nuestros más queridos y mejor pagados deportistas (el chico no tendrá la culpa de eso, pero ¡qué barbaridad!).
Todavía hay algo peor y es que, aún conociendo esto (y más) de los bancos y de la mayoría de cajas, las organizaciones, las ONGDs, fundaciones, etc., siguen siendo sus clientas. No existen, en este sentido, muchas alternativas para gestionar de manera efectiva y eficiente la financiación obtenida, pero ¡qué terrible contradicción! Sí, se viene reflexionando y viendo cómo encontrar alternativas, pero tímidamente, por lo que queda claro que no es un debate hoy prioritario. La triste realidad es que cuando se trata de dinero, no queremos experimentos y sólo nos fiamos de los visiblemente poderosos.
A nivel particular podemos tener mucha conciencia social, o eso pensamos, y no comprar tal marca, pero si se trata de invertir, lo hago en el mejor postor; ellos sí que saben donde ponen su dinero, en otros lobos feroces, claro, que campan a sus anchas, pero qué hacer si nuestras pensiones descansan en sus fauces…
Efectivamente pensar en los bancos, el mercado financiero, la economía globalizada, el comercio internacional y, en definitiva, el neoliberalismo exacerbado imperante es para llorar y no parar. Pero si estamos dentro de un sistema que nos angustia así, habremos de buscar las puertas por donde se sale de él, y conocer bien a lo que nos enfrentamos para ponerle freno. No podemos quedarnos en que no hay otra, porque si hay más caminos, y esa es nuestra tarea, como jóvenes, como cristianas y cristianos, busquemos mejor, y creemos nuevas opciones cuando no las haya…
Lo que no debemos hacer es habituarnos y tragar con todo… Por ejemplo: no puede ser que no nos produzca un profundo estupor entrar en la página de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid y, a parte de los contenidos y programas que nos encontremos, al seguir bajando veamos que los patrocinadores oficiales son: Telefónica y el Banco Santander. Al comentarlo con alguien cercano me contestó: “pues gracias a ellos tendremos mochilas”. ¿Perdón?
1. Gastemos el dinero en otras cosas.
2. No tenemos que parecer un grupo homogéneo, cortados/as por el mismo patrón, como fans enloquecidos y sin criterio…
Yo por lo pronto como mujer co-independizada, y por suerte laboralmente activa, he estrenado este mes mi cuenta de ahorro en banca ética, llámese Triodos, Fiare o como sea… Existen varias opciones, aunque sólo sea para gestionar ahorros, de momento y no es poco.
Sólo quiero dejar unas pinceladas y expresar mi enfado con el sistema vigente. Enfado que me hace mirar hacia delante con esperanza y luchar con más fuerza y empeño. Cada una y cada uno debemos decidir reaprender, reconocer, buscar, descubrir… Os paso un enlace a un listado sobre bancos en España que invierten en la fabricación de armas. Aunque no esté del todo actualizado, vale la pena echarle un vistazo para hacernos una idea de cómo ganan el dinero y qué promueven esas entidades que hoy nos niegan créditos, tras haber sido salvadas con nuestros impuestos.
Puede que hayan sido siempre nuestros bancos, pero junt@s podemos ponerles límites, e incluso, quien sabe, ganarles la partida…
No hay comentarios:
Publicar un comentario