martes, 29 de enero de 2013

Nuestro granito de arena

Por Alberto Sarabia Ruiz. Hace 13 años, en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) de Nueva York, representantes de todos los Estados miembros, un total de 189, firmaron la Declaración del Milenio, que recogía 8 propósitos a cumplir con fecha límite del año 2015. Son los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), cuyo fin es lograr un desarrollo humano y sostenible bajo el marco de los Derechos Humanos, también redactados y aprobados por la ONU. Tras varias cumbres y conferencias, en la Cumbre del Milenio se ratificaron estos acuerdos y comenzó una gran labor. Se crearon fondos de Ayuda Oficial para el Desarrollo (AOD), en los que los países firmantes de la Declaración del Milenio invertían para reducir las diferencias entre el Norte y Sur económicos. Y hasta 2008, año en que comenzó la crisis económica mundial, las inversiones fueron extraordinarias.
A día de hoy, inicios de 2013, a tan sólo dos años de la fecha límite marcada por la Asamblea General de Naciones Unidas, la situación es muy compleja. Se hacen duras críticas al planteamiento original de los ODM, a cómo fueron acordados, los temas que recogen y los que quedan fuera, etc. La realidad de los ODM es muy dispar a efectos prácticos. Hay regiones en las que se han cumplido unos, pero quedan pendientes otros. Regiones en las que ni de lejos pueden alcanzarse para 2015, y otras en las que ya se han alcanzado. Incluso hay regiones, entre las cuales se sitúa nuestro país, en las que se ha producido una recesión alarmante en este desarrollo humano y sostenible.
Se plantea ahora una cuestión que no ha de sernos ajena. ¿Qué pasará en 2015? Unos dicen que se seguirá con la misma agenda pero alargando el plazo, otros que se redactará una nueva adaptada al contexto actual… Pero hay que subrayar una diferencia radical, la situación global de finales de los 90 no es, ni de lejos, la de hoy en día. Los países pudientes económicamente no aportan apenas fondos para la consecución de los Objetivos y esto resiente mucho la situación de muchos. Dato: la aportación de España en AOD está en niveles de 1981 cuando España era receptora de esa ayuda.
Y al leer esto te preguntarás ¿y qué puedo yo hacer?, ¿cómo aportar mis ideas a la ONU? (¡Dios mío, la ONU!). Pues bien, desde la Secretaría General se ha impulsado uno de los aspectos más celebrados por la sociedad civil en general. A principios del año pasado, se formó un grupo de trabajo encargado de preparar una agenda para cuando expire la fecha marcada por la Cumbre del Milenio. En esta están representados gobiernos, organizaciones no gubernamentales, empresas y, por primera vez, la sociedad civil. Además, la mayor parte de los representantes de este grupo son de países de renta media, donde ¾ habitantes vive bajo el umbral de la pobreza. Desde junio del pasado año se están haciendo consultas vía Internet para recoger las inquietudes de los ciudadanos y que estás sean presentadas a esta comisión.
De lo que se decida en 2015 dependerá el futuro más inmediato de todos. Se nos brinda una oportunidad excelente para contribuir a que lo que se ha hecho hasta ahora no se pierda, sino que se pueda mejorar. Desde nuestro ser cristiano estamos llamados a ofrecer nuestra ayuda en la medida de las posibilidades de cada uno. Hagamos que las diferencias se anulen aportando nuestro granito de arena, porque el mundo es de todos, y entre todos podemos dar lo mejor de ello.

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