lunes, 11 de julio de 2011

Un verano por estrenar

Por Tusta Aguilar.
¡El que no inventa no vive!
(Ana Mª Matute, premio Cervantes 2010)
Desde el primer momento que leí en los titulares de periódicos la afirmación de Ana Mª Matute, “el que no inventa no vive”, me pareció una afirmación estimulante y rotunda, que no es sólo para quienes tienen ese don, tan envidiable, de inventar historia, canciones y/o objetos materiales, esas personas a las que con facilidad se les reconoce una capacidad artística capaz de generar imágenes, mensajes y sentimientos; incluso actitudes a través de lo que crean, sino para todas las personas, llamadas a la vida.

También podemos inventar cualquier persona si nos atrevemos a superar lo que, para mí, son dos grandes frenos: la rutina y la inercia. Rutinas e inercias que, en ciertos aspectos, aparentemente, “facilitan” la vida, ya que sabes la respuestas antes, incluso, de la pregunta, porque se hace así sin tener que atreverte a pensar, a arriesgarte a algo nuevo. Pero esa facilidad es también una trampa, es solo una apariencia porque, con mucha frecuencia, lo que se ha hecho siempre de una manera, bien merece cambiarse y dar oportunidad a otras formas de ver, pensar, actuar, sentir… que generen nueva vida.

El verano puede ser una buena oportunidad de probar algunos cambios más allá de los que vienen dados como característicos de la “estación estival”.

Y este verano tenemos oportunidades especiales:
  • El movimiento 15M nos está regalando una gran cantidad de libros, diversas publicaciones visualizaciones de entrevistas, etc. en las que nos ofrecen otras formas de entender las relaciones, el uso del dinero, la responsabilidad en los asuntos públicos, etc. Son posibilidades, como bien sabemos, accesibles y abundantes. Muchas páginas web, facebook, youtube, etc., lo atestiguan.
  • Además, las Asambleas ciudadanas, en los barrios, distritos y pueblos son una oportunidad de escuchar, compartir, buscar con otros y otras, quizás cercanos pero, hasta ahora desconocidos. ¿Qué tal si nos informamos sobre días y hora de la reunión y nos acercamos para participar?
  • Los cambios y movilizaciones en algunos países árabes (Túnez, Egipto, Libia, Palestina…) nos ofrecen una llamada a conocer algo más de esos pueblos. Una modesta forma de acercarnos, además de dialogar y encontrarnos con ellos (que no siempre es posible) es a través de su cine. Tienen una larga y, para nosotros, desconocida producción de la que este verano podemos disfrutar.
  • Los libros, que siempre nos ofrecen la palabra de quienes se atreven a compartirla, invitándonos a entrar en diálogo, son tesoros por descubrir que exigen un poco de tiempo. Me atrevo a recomendar: El país de las mujeres (Gioconda Belli) y Estambul (Orhan Pamuk) además de otros muchos que seguro cada persona tenéis “en reserva” ¿no puede ser este un buen tiempo para leer y disfrutar de creatividades diversas?
Y por último, lo que creo nos da la mejor oportunidad de inventar, de crear, de sentir que estamos vivos: encontrarnos con nuevas personas, crear lazos imprevistos. Este verano ¿no podríamos aprovechar para conocer a personas más allá de nuestros círculo habitual de relaciones? Sabemos cuales son nuestras fronteras de relaciones cotidianas, quienes son “ellos” cuando nos encontramos un “nosotros” de siempre. ¿Qué tal si este verano rompemos algo de estas fronteras y ampliamos el “nosotros”?

Seguro que seria una oportunidad de vida nueva y compartida que superará inercias perjudiciales para la salud.

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