lunes, 31 de diciembre de 2012

Tiempo de Navidad

“Cuando al pobre corazón humano le parece que lo que anuncia la Navidad es demasiado bello para ser verdad, entonces la voz del corazón debe atender con más urgencia al mensaje del Niño que ha nacido hoy” (K. Rahner)


La asombrosa novedad que celebra la Navidad es que Dios se humaniza, de despoja de su rango y se hace como uno de tantos (Fil 2, 7).

Os invito a contemplar… Esa es la actitud de la Iglesia reunida para celebrar el asombroso e impresionante misterio de Dios hecho hombre, actitud de alabanza y de hondo agradecimiento por el sorprendente acercamiento de Dios al hombre: “La Palabra se hizo carne y puso su tienda entre nosotros; hemos contemplado su gloria. . .” (Jn 1, 11)

Vamos a contemplar  acompañados por Pedro Poveda.  En 1910 él escribía una carta a un dirigido suyo (hoy nos escribe a nosotros, te escribe a ti). Leámosla: 

"[…] Yo quisiera que todas tus meditaciones, durante este santo tiempo, fuesen sobre los misterios de la infancia, y que, a ser posible, tuvieras a la vista una imagen del niño Jesús. […] 


Figúrate que todo lo que nos dice el evangelio referente a Belén, sucede a tu vista y cerca de tu casa. Piensa otras veces que fuiste al Portal y admiraste cuanto allí sucedía.

Después, dime, de haber contemplado aquel cuadro ¿seguirás tú pensando como piensas en cuanto a comodidades y bobadinas? ¿Qué te dice aquel establo, aquella pobreza, aquella desnudez del niño, sus lágrimas, los semblantes de María y José, el silencio de la noche, la crudeza de la estación y, en suma aquel cuadro tan lastimoso según lo humano, y de tan infinito valor según los designios del Altísimo?

Si cerrando los ojos del cuerpo miras con los del alma al Dios humanado y reflexionas en todo lo que significa aquella escena ¿qué sentirás? Si cerrando los oídos del cuerpo escuchas allá en lo más recóndito de tu ser las voces de los que esperaban la venida del Mesías, los cánticos de los ángeles y la conversación interior de Jesús con su madre ¿qué desearas? Mira, hijo de mi alma, si nosotros hemos de reinar con ese niño, tenemos que padecer con Él. […]”  (Epistolario. Carta 18. Narcea 2012) 

¡Feliz Navidad y a disfrutar!  

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